SER
HUMANO - NATURALEZA - COSMOS
NATURALEZA
Y CIVILIZACIÓN
Un
conflicto mortal y posibilidades de
sobrevivir
El
extrañamiento de la Humanidad - Condiciones para la
curación
de
Wolfgang Fischer
pdf.versión
(
pdf en russo)
Julius
Robert Oppeheimer, físico e inventor de la bomba
atómica, describe horrorizado por las masacres de
Hiroshima y Nagasaki, como comenzaba a producirse una
penetración sutil de las autoridades militares y
sectores técnicos en la hasta entonces ciencia
independiente. J.R Oppenheimer saca sus consecuencias
personales de esa realidad y nos pone sobre aviso sobre esa
cualidad mutante de las nuevas armas de destrucción
masiva haciendo un intento de iniciar conversaciones de paz
y trata de impedir el desarrollo de la bomba de
hidrógeno.
Sin
embargo, los acontecimientos históricos le superaron.
En el año 1954, Oppenheimer fue llevado ante una
comisión de energía atómica de los EEUU
sospechoso de no ser lo suficientemente leal al gobierno de
Norteamérica. A pesar de que Oppenheimer expone sus
motivaciones éticas, se le desposee de la
garantía de seguridad, lo que visto en
términos prácticos, equivale a un agravio "vox
populi". El conflicto de intereses entre el individuo y las
instituciones estatales de una parte y el mantenimiento del
desarrollo por otra, volvió a ponerse de manifiesto
una vez más.
Hoy
en día el entretejimiento de la economía,
ciencia y poder como el estado y el ejército con las
instituciones sociales directrices de la educación,
como la iglesia, la enseñanza y la universidad salta
a la vista de cualquiera. Pero la persona de la calle es
apenas consciente de toda la magnitud real de este trasiego
de intereses, empezando ya por todo aquello que le
debería atraer de la vida comunitaria, hasta llegar
al posible atractivo que debería sentir (desde la
distancia) por el poder o el dinero.
Entretanto,
lo científico en la actualidad viene definido en
sí mismo por la repetición de los intentos y
las frecuencias estadísticas como prueba
determinante. El caso individual no merece la menor
atención y se desvanece a través de la "trama
científica". Por eso sucede que la especificidad
absoluta de la vida individual carece totalmente de
importancia desde un punto de vista científico
(incluso se pervierte conscientemente con la
formación mental clonada que existe de facto). Pero
por otro lado, la investigación científica se
sumerge de tal manera hasta en el más mínimo
detalle que la visión general del objeto investigado
y de la meta a la que hay que llegar - es decir, la
organización y la función de la Naturaleza
como parte integrante comprensible y alcanzable - se pierden
completamente como si de nebulosas se trataran.
Dado
que nuestras representaciones metafísicas son
mayormente irreales, nos desvanecemos fuera de todos los
cubículos y dimensiones investigados
sacudiéndonos toda responsabilidad personal. Sin
cordón umbilical y sin una relación interna
con las ilusiones omnipotentes, ignoramos nuestro propio
encapsulamiento en la materia que estamos analizando (y
entretanto e igualmente hasta en el más mínimo
detalle, comenzamos a deformarnos de la misma manera que hoy
nos está mostrando la práctica de la
tecnología genética). Es indudable que nuestro
comportamiento es suicida ya que somos nosotros
voluntariamente los que nos encamamos con una idea de
progreso ficticia sin tener en consideración ni
nuestro origen ni nuestra identidad con la
Naturaleza.
Consecuencia
directa es que todos los efectos que se originan y que nos
llegan en micro- y macrocifras, que de alguna manera
contribuimos a producir, y que se relacionan con el
pensamiento humano y la forma de actuar de las personas,
parecen que no nos afectan en absoluto. Por ello son
pocas las personas que intentan llegar hasta el origen de
todos esos datos sociales de los que formamos parte
fundamental y claro, muchísimo menos, se hace algo
por cambiarlos. La realidad es que solo unos pocos se
sienten partícipes del suceder cotidiano, y la
restante mayoría piensa de sí misma que solo
son observadores sufrientes sometidos a los avatares del
destino. Y esta realidad ha cobrado pie en nuestro sistema
de sociedad que por sí mismo no muestra ningún
interés en indicar al individuo cuáles son sus
posibilidades efectivas e incluso hacerle ver que pueden ser
mucho más amplias, muy a pesar de que la
Constitución Alemana en su Artículo 21 indica
con claridad que ésta es una de las tareas de los
partidos políticos.
En
nuestros sistemas sociales se está sucediendo un
proceso lento de desviación de intereses apenas
perceptible que nos está apartando de una diversidad
vital responsable al mismo tiempo que nos impregna un
sinfín de simplezas irresponsables sobre afanes de
poder e intereses comerciales. Este proceso potencialmente
funesto se lleva a cabo para la mayor parte de las personas
con tal lentitud que les impide sensibilizarse ante
él. Su dinámica sumergida pasa a pie juntillas
por la conciencia las personas que en su mayoría no
llegan a sentir su presencia.
Esto
a su vez se basa en que la conciencia humana reacciona
según el reconocimiento sicosensual antes y
más rápido a los cambios repentinos del
suceder externo que aquellos que ocurren de forma lenta pero
continuada en el tiempo. Los cambios de estímulos
externos que se cumplimentan avanzando o subiendo distancias
minúsculas se aproximan más a lo
monótono, que bien nos es conocido que paraliza, que
nos hace descuidados y nos fatiga. Una
monotonía dirigida específicamente crea
estados crepusculares (hipnosis).
El
estado de nuestro medio ambiente así como las
circunstancias sociales de desolación sobre la Tierra
nos demuestran que ya estamos sumergidos en un ámbito
de internamiento crepuscular peligroso para nuestras vidas.
Cierto es que después de cada catástrofe de
importancia reaccionamos brevemente pero, seguidamente, la
malinterpretamos asignándole casi siempre de forma
inconsciente el nombre de algo que llamamos casualidad o
mágico destino impuesto y así minimizamos
irresponsablemente que el pensamiento y forma de actuar
originarios del hombre perteneciente a un mundo
industrializado es la fuente primaria causante de muchas de
esas terribles catástrofes.
Mientras
que análisis recientes demuestran que la
destrucción del sistema soviético se
debió en gran medida a las consecuencias de los
cambios medioambientales inducidos por él mismo, la
mayor parte de los políticos de los países
industrializados calla en alas de un sinsentido consumidor
que está devorando las últimas fuentes y en
alas de un idilio de libertad, (comercio y actuaciones) que
solo sirven al capital como único fin.
Exigencias
y objetivos de años ha en relación con los
campos de la labor social integradora del capital, con el
armamentismo o la ecología, que podrían estar
al alcance de la mano, se están modificando en
amenazas imaginarias porque mientras que para la
ecología y las prestaciones sociales no hay dinero
suficiente, los ejércitos que deberían
proteger las fronteras nacionales, se están
transformando en fuerzas de choque internacionales que
cumplen el fin de asegurar la disponibilidad de las fuentes
mundiales que necesita el mundo industrializado. Con una
acrobacia de números imposible de entrever,
contabilizada en las bolsas y transmitidas a todos en los
servicios informativos de cada hora, se nos habla de
movimientos técnicamente específicos que nos
desvían de todo aquello que en realidad necesitamos,
de aquello que nos aseguraría el desarrollo de una
libertad natural y de una diversidad armonizada en la faz de
la tierra. Ideas humanistas o afanes de desarrollo hacia un
mayor sentir humano se ridiculizan o incluso se llegan a
criminalizar con el asesinato político
institucionalizado de los protagonistas que dirigen tales
movimientos.
Las
fuerzas de poder creadas por el mismo Hombre han intentado
constantemente a lo largo de diferentes tramos de la
Historia de la Humanidad el mantener (o incluso aumentar)
con el miedo su influencia sobre el estado social en su
conjunto según la época que se tratara... y
siempre a costa de una pluralidad natural y vital. Hoy en
día los aparatos burocráticos de Washington,
Nueva York o Bruselas emiten pautas y normas que nada tienen
que ver con las necesidades de una organización
conjunta creadora de vida. A voz en grito y a través
de sus medios, los políticos hablan de derechos
humanos y exigen libertad y paz. Cómo
contradicción evidente muchas economías en sus
propios países se sostienen en un alto porcentaje por
la fabricación de armamento así como en parte
con el comercio de productos altamente destructivos. Y todo
ello ha ocasionado un conflicto que destruyendo el proceso
de equilibro social y ecológico del medio ambiente,
amenaza la propia existencia de Globo Terráqueo.
Para
hacernos posible una visión clara de la
relación con esta línea de pensamiento y de
comercio con el dilema de destrucción de fundamentos
vitales importantes existencialmente que crece día a
día en el mundo entero, vamos a intentar investigar y
diagnosticar metasíquicamente el carácter
desvitalizador y monótono de la dinámica
vigente de los desplazamientos de intereses. Para poner al
descubierto las motivaciones subyacentes es recomendable el
reunir evidencias y extraer de ellas hechos ordenados y, con
ellos como base, facilitar la asimilación de nuevas
perspectivas.
I
La Conciencia
La
conciencia como función y organización
cuerpo-espíritu integradas en cada ser humano
representa un microcosmos individual de valores,
imaginaciones y objetivos (Sistema Nervioso Central del
Hombre, SNC)
II
La Cultura - la Civilización
La
cultura como función y organización
integradas en las intercomunicaciones sociales representa
un microcosmos social de valores, imaginaciones y
objetivos.
III
La Vida
La
fuerza germinativa (vital) registrada en los cromosomas
de los núcleos celulares en las plantas e
igualmente del instinto posible por ello en los animales,
representa una función vital y organización
integradoras de un microcosmos biológico finamente
sincronizado (ADN y SNC)
IV
La Naturaleza
El
concierto integrante de todos los elementos vivos o
extinguidos orgánicamente, así como
también de los inorgánicos, con los ciclos
dinámicos del planeta Tierra como el clima, el
tiempo etc., representa un microcosmos biológico.
V
La Creatividad
El
concierto y permuta de la luna en su recorrido alrededor
de la Tierra, de la Tierra y las órbitas
planetarias alrededor del Sol y el movimiento pendular
del Sol alrededor de la planicie de nuestra galaxia,
representa el macrocosmos
astrónomo-astrológico en conexión
con todas las demás interferencias
intergalácticas, es decir lo que se llama Cielo,
Nirvana, lo Divino según las diferentes
religiones.
La
Interferencia Absoluta de este macrocosmos se desarrolla
en una oscilación básica biogeneradora
de la vida.
VI
La Evolución
El
equilibro social ecológico dentro del macrocosmos
biológico de la Naturaleza y su concordancia con
la moderación regular dinámica de la
oscilación básica biogeneradora,
proporciona un desarrollo plural y saludable de la vida
en nuestro planeta: la Evolución.
La
salud parece así ser un concierto regulado
libremente de los micro- y macrocosmos.
VII
La Perturbación
El
pasado y el presente vienen marcados por un cambio entre
progresos positivos y aberraciones enfermizas. Ambas
tendencias y posibilidades subsisten en el mismo tiempo y
en una relación alterna en donde la fuerza de las
aberraciones instauradas ha comenzado a dañar las
posibilidades de consecución de equilibrios
beneficiosos a escala mundial. Con ello existe el peligro
de extinción total de una vida desarrollada en
nuestro planeta que sea consecuencia directa de la propia
vida.
La
enfermedad y sus consecuencias directas aparece como una
perturbación determinada por intereses ajenos del
citado cambio de los cosmos descritos al que no se
está poniendo ninguna traba.
VIII
Causa - Efectos con consecuencias
Los
eventos de la vida representan un desarrollo regulador de
carácter cibernético. En el acaecer global
de la Naturaleza se acentúa un desarrollo
semejante en cuanto todos los procesos actuantes se
interconexionan unos con otros a través de una
dependencia interna (sentido). Prosperan y se limitan
autorregulándose: nunca un árbol ha crecido
hasta el cielo. En un desarrollo natural el valor nominal
del movimiento regulador se corresponde con la
preservación de procesos de equilibrio creativos
de la biosfera y de la creciente complejidad, mientras
que el valor real de un determinado momento del devenir
de la historia viene especificado por la situación
del mundo precisamente en ese momento justo. Para llegar
a entender los procesos de equilibro dinámicos
entre el valor real y el movimiento nominal hay que ser
consciente del alcance de las propias regulaciones
participantes en toda su dinámica dentro del
proceso de acoplamiento en reacción.
IX
Alcance de las regulaciones
En
lo relativo al alcance de las regulaciones podemos
diferenciar entre las prefijadas e invariables y las
variables y manipulables. Como prefijada y que la misma
vida hace invariable aparece la dinámica
biogeneradora de los astros. Como variables y
manipulables están el microcosmos individual y
social al igual que el microcosmos biológico de
donde son originarios los impulsos primitivos de todas y
cada una de las técnicas intervinientes en los
cimientos de la vida, como la tecnología
genética, la atómica, forma y modo de la
economía del mundo y muchas otras producidas
única y exclusivamente por el microcosmos
individual del cerebro humano. Impulsos que procedan de
otros campos los tenemos que ver como reacciones a las
acciones que emanan de la psique del homo. En este
momento el Hombre es el único ser viviente de toda
la Tierra que puede ejercer con intención una
influencia efectiva en las esferas activas de su mundo,
con lo que queda claro que es el único factor
manipulador en el engranaje regulador de la
atmósfera.
El
mayor potencial perturbador nace de las naciones poderosas
que cada vez más aumentan su influencia de forma
universal. Mientras que el ser humano no sea capaz de
reconocer el ordenamiento en todas las dimensiones y su
organización cósmica como un conjunto y por
ello permanezca maniatado para comportarse según sus
leyes, seguirá corriendo el peligro una y otra vez de
perturbar las interdependencias y desarrollos creativos
existentes. Mientras prevalezca en su afán de
orientarse hacia el poder y el dinero en la creencia que
ahí está el desarrollo, precisamente en lo que
ocasiona la desertización de la Tierra, está
reteniendo movimientos positivos reales apoyando o
fortaleciendo simultáneamente devenires enfermizos.
La consecuencia es que se seguirá asombrando de forma
espontánea de esos procesos destructivos de descarga
que se suceden antes sus propios ojos ocasionados por esas
energías que él mismo ha contribuido a
almacenar.
Todos
los impulsos (perturbadores) del suceder descrito se
cumplimentan dentro de los microcosmos citados entrando en
contacto por ello con el macrocosmos de la Naturaleza. En
este suceder todos los impulsos ejercen influencias
recíprocas unos a otros con el solo objetivo de
erradicar perturbaciones secundarias y en un intento de
garantizar una participación diáfana en el
juego de todos los jugadores.
Cada
impulso que modifica un orden o desorden existente es un
impulso regulador o perturbador, pero su calidad solo debe
ser medida en la dinámica prefijada del empuje
básico biogenerativo de la creatividad en el sentido
de la vida, y no precisamente en los intereses temporales
cambiantes como la moda o el poder. Solo las previsiones del
macrocosmos astronómico fijan los objetivos de los
procesos de acoplamiento reactivos naturales sobre la base
de las leyes físicas fundamentales.
Los
sistemas de enjuiciamiento, medición, orden y
direccionales humanos se nos muestran claramente como
completamente subdesarrollados, orientados hacia intereses
(extraños) vedados e inmaduros a la vista de nuestra
situación vital en el mundo. El estado bio-social de
nuestro planeta depende de la voluntad y la
motivación de los seres humanos. Si deseamos un mundo
en paz lo tenemos que conseguir todos con el esfuerzo de uno
a uno.
La
perturbación y la enfermedad del individuo vienen
determinadas por una interrupción del contacto
fructificante y de la reflexión retrospectiva dentro
de los microcosmos que componen el macrocosmos
biológico. La causa es la deficiente igualdad de
cobertura entre los eventos genéticos y las
realidades diversas de los microcosmos individuales y
también sociales.
En
la función corporal-espiritual y organización
deficientes del individuo se demuestra ya el suo ser
incompleto'. Además el Hombre como especie no
ha desarrollado el instinto de conservación de dicha
especie o su afán social. Sus manipulaciones sobre el
Globo Terráqueo conducen a desarmonizaciones e
incompatibilidades dentro de los cosmos biológico y
social. Procesos equilibrantes de la Naturaleza ocasionan
enfermedades de tipo individual y también social con
cuya ayuda la Naturaleza intenta protegerse de la fuente de
peligro Hombre. Como ejemplos significativos podemos citar
las epidemias sida y cáncer, otros ejemplos de tipo
general son otras formas de enfermedad que se suelen titular
como "accidentes", "mala suerte", "el destino"
pudiéndose incluir también aquí las
catástrofes climáticas y
medioambientales.
Las
enfermedades sociales vienen identificadas por un contacto
perturbado y vinculante en el interior de los órganos
reguladores y estructurales y su relación viciada con
los micro- y macrocosmos distorsionados de forma hiriente.
La mayor parte de las acciones legislativas pasan de largo
de la vida porque solo sirven a los intereses del poder y
con ello están involucrando a la vida con virus,
bacterias, constitución física debilitada,
etc., y a la Naturaleza que, valiéndose de la ayuda
de las catástrofes medioambientales - lo que
está autorizado por la creatividad evolutiva - en las
esferas humanas, para conseguir el objetivo de asegurar los
lazos de unión de la especie homo sapiens con la
familia evolutiva. Incluso el terrorismo que crece sobre la
humillación y supresión sirve para el mismo
fin de paz.
A
la desintegración de la función
cuerpo-espíritu en el individuo corresponde una
estructura social dentro del ámbito social cuya
cultura perjudica la salubridad de la naturaleza. Una
consciencia enfermiza (locura, paranoia) lo mismo que una
civilización errónea producen enfermedad,
insatisfacción social y desequilibro ecológico
y eso afecta a todas las dimensiones de la vida tanto en lo
referente a las del cuerpo orgánico como a las
energético-psychoanímicas.
Se
suele decir con frecuencia que el estado de
desolación del proceso de equilibro desencadenado en
la sociedad mundial contra los objetivos evolutivos no es
más que un proceso de maduración.
Aquí se ve con claridad que la cultura, por su
naturaleza intrínseca, solo puede ser
modificada por medio de un proceso de maduración de
la conciencia individual que persiga su saneamiento, pues la
correspondiente realidad social solo puede surgir cuando
exista en verdad una acción conjunta de los
individuos humanos que la conforman.
Es
evidente que en la Historia de la Humanidad, al menos desde
la existencia del patriarcado - una forma social en la que
todo lo nuevo solo podía surgir del hombre masculino
- el grado de reconocimiento del poderoso era despreciativo
hacia la vida porque el factor que ponía de cabeza a
la Naturaleza impedía un desarrollo saludable
sostenido del grado de maduración individual y
social. Ninguna de las ideas que los poderosos han
considerado como mundos individuales ha sido perseguida y
criminalizada sin recato. El aparato del poder se comporta
igual que un organismo que de forma
alérgico-histérica combatiera a todas las
célula extrañas que penetran en él,
aislándolas y eliminándolas, pero poniendo con
ello en peligro su propia vida.
La
conciencia enferma encarcelada de cada uno puede comportarse
con respecto a las nuevas ideas de forma tan negativa como
las instituciones constituidas dogmáticamente. La
rigidez espiritual, muerte y enfermedad, revolución y
guerra, son consecuencias de comportamientos ciegos obsesos
de poder de una psique humana todavía inmadura en el
sentido de la evolución social. Sin embargo, la
evolución nunca se detiene.
Cuando
estudiamos las relaciones entre el pensamiento y el
comportamiento individuales dependiendo de la propia
historia, es decir, cuando nos sentimos directamente
afectados saliéndonos de la masa co-participante y
nos comprometemos solidariamente, es cuando podemos poner en
marcha procesos de aprendizaje con cuya ayuda se plasman
otros procesos diferentes de desarrollo y maduración
más inestorbados y más saludables.
Y
eso causa también un efecto en la propia sociedad.
Hechos históricos - sean conquistas o pérdidas
catastróficas - se suceden siempre por medio de una
acción aunada del pensamiento y del comportamiento de
integrantes sociales específicos. No debemos perder
la vista a este hecho. Cada autodisculpa, modificaciones
posteriores en la trascripción de la Historia, la
inculpación de chivos expiatorios o el idealizar, la
elevación posterior a la categoría de
héroe o el desprecio - Alejandro Magno fue bueno,
Gengis Kan un mal general - solo hacen confundirnos,
obnubilarnos la visión de procesos que están
ahí para nuestro aprendizaje. Mientras sigamos
adulando a asesinos, gángsteres y explotadores,
mientras sigamos incluso creyendo que sus actos contra la
sociedad (= contra los tesoros de la Tierra y la Naturaleza)
son "delitos de caballeros" y sigamos poniendo sus nombres a
nuestras calles y fiestas mientras criminalizamos o incluso
asesinamos a los reformadores porque creemos que
dañan a los poderes establecidos, mientras todo eso
suceda, no hacemos más que comportarnos contra
nuestras posibilidades existentes.
Pongamos
un ejemplo en relación con la Naturaleza: en el
devenir vivo de ésta - antes de la existencia del
Hombre - la acción conjunta de todas la diversidad de
especies podría clasificarse como una acracia en la
que los espacios libres sin seres humanos, sin estructuras y
sin instituciones estaban disponibles para cada especie
específica con sus deseos o sus instintos. Nos
podemos imaginar ese espacio como un océano morfo-
psychogenético cuya potencia generativa descansa
sobre el acontecer sin fisuras de los cosmos
biológicos (ADN y SNC y NATURALEZA) y sobre el
macrocosmos de los planetas. La ausencia de la
dominación, de cualquier estructura e
institución intentando mantener en pie ese mismo
dominación - engendros del microcosmos individual
todavía inmaduro (SNC humano) - proporcionaría
un intercambio auténtico y armónico de los
impulsos e informaciones de todos los cosmos. La
conjunción voluntaria (sin intereses extraños
y sin obstáculos) de las familias de especies en el
juego comunitario perfectamente afinado, entre los afanes
(de las plantas) y el comportamiento animal correcto
instintivamente y del microcosmos de los cromosomas
perfectamente organizados, garantizaría el
funcionamiento de todas las vías circulatorias, redes
y reglas sobre las que la Naturaleza se iría
edificando a sí misma.
O
podría haber edificado hasta que el Hombre
comenzó a modificar la Naturaleza atacándola
hasta tal punto que hoy incluso intenta manipular sus
estructuras genéticas y atómicas
básicas para convertirlas en una especie de
anti-natura que no parece ser compatible con la
evolución desarrollada en millones de años por
la propia Naturaleza. Esto oculta un potencial destructivo
enorme. Semillas modificadas genéticamente no
tendrán en las siguientes generaciones ninguna
simiente germinativa más, el ingerir polen de
maíz genéticamente transformado, que ya se
cultiva y comercializa en los EEUU, mata la larva de la
Mariposa Monarca y las consecuencias de la ingestión
de estructuras genéticamente modificadas en los
alimentos son desconocidas totalmente hasta el momento. Si
los resultados de las investigaciones fueran negativos para
la industria correspondiente, se impediría su
publicación.
La
especie Homo de las metrópolis del poder,
excesivamente anquilosadas en sí mismas, tiene en su
forma inmadura de vivir y en contra de todos los avances
científicos obtenidos hasta el momento, no ha
desarrollado en absoluto el sentido del suceder comunitario
sobre el planeta tierra lo que se demuestra simplemente
comprobando la ausencia total de instinto a la hora de
explotar desenfrenadamente las disponibilidades vitales de
la misma.
Sea
sin confesión alguna o con ella, la mayoría de
las personas 'civilizadas' piensan y actúan sin
sentido religioso alguno, lo que quiere decir sin una
relación destacada con las circunstancias y sin
sentido retroactivo de los orígenes del Todo
viviente. La libertad reclamada por los habitantes de las
naciones dominantes se nos muestra así tanto en su
resonancia como en su falta de responsabilidad, como un
número jugado a una lotería ilusionante
extraído de la Naturaleza que es contrario a la vida
y que solo defiende intereses ajenos.
Pero
puesto que todos nosotros formamos parte de la Naturaleza,
tanto si lo deseamos como si no, esa especie de libertad
genera cuando actúa contra la Naturaleza los procesos
de equilibrio de esta última. Y entonces nos
limitarnos a enjuiciarlos como golpes del destino porque no
se llega a ver o reconocer una relación causa efecto.
Cómo
reflexiones metafísicas las religiones de la Historia
de la Humanidad nos suministran aclaraciones e intentos
falsos de señalización existenciales. Suelen
describir una dinámica irreal de la existencia vital
con conceptos como karma, paraíso e infierno, temor a
Dios y pecado, la gracia y el castigo de Dios. Lo que
está claro es que todas han fracasado porque todos
esos escenarios los medimos según el éxito del
estado real de nuestro planeta. Los análisis futuros
debieran por eso vencer sus paradigmas históricos y
fijar más bien su vista en el causante real del
devenir. Si nuestras reflexiones no recaen de nuevo en
nosotros estamos desaprovechando la última
oportunidad de declararnos a nosotros mismos como causantes.
Esa
mirada siempre dirigida a Dios del presidente de los EEUU y
otros dirigentes públicos mundiales tan
frecuentemente acompañada de bellas palabras, no hace
sino demostrar su vetustez y falsa santidad porque nos
está impidiendo reconocer que la civilización
formada por el patriarcado está ella misma induciendo
una "obligatoriedad del equilibrio" por medio de su
comportamiento antagonista de lo natural y su propio
sentido contranatura lo que irremediablemente
derivará en una llamada a escena de las
catástrofes humanitarias como la guerra, la pobreza
social y el desastre ecológico.
¡El
único sentido de las catástrofes de origen
humano solo puede estar en la enseñanza que
extraigamos de ellas, si deseamos sobrevivir! La
única condición clara para eso es la
disponibilidad para aprender y la disposición a
asumir la responsabilidad del pasado y transplantar esa
responsabilidad al presente. En nuestros días
todavía muchas personas tienden, sea por falta de
cultura o por privilegios financieros o políticos del
poder conseguido, a delegar esa responsabilidad en dioses o
autoridades políticas u otras instancias ilusionantes
sustrayéndose a sí mismos su propia capacidad
de aprendizaje y su propia posibilidad de modificar su vida
o su comportamiento. El relegar la propia responsabilidad,
sin embargo, produce solo un vacío en los cerebros
cuya huella es bien visible y que obliga a rellenar los
espacios desocupados con sueños ilusionantes que
sirven de repuesto a la auténtica realidad, con ideas
paranoicas motivadas por la adicción a la
búsqueda de poder o más dinero que a todas
luces impiden específicamente la evolución
humana de la psique. Y así, poco a poco, vamos
cayendo cada vez en catástrofes más
destructivas.
Por
encima de la forma de vida de la civilización
extendida del hombre blanco continúa estando la frase
de Descartes: "Cogito ergo sum" , "Pienso, luego
existo". Domina nuestro pensamiento y comportamiento desde
hace siglos. La humanidad 'civilizada' desarrolla su
intelecto, apuesta por su entendimiento "superior al de los
animales", amplía sus posibilidades técnicas
hasta tal punto que está convirtiendo la marca de
Caín del Génesis bíblico en una
herramienta real que conduce a un holocausto global. Sin
embargo la sensación y un sentir sensible en
relación con la situación de cada uno dentro
de la totalidad natural queda totalmente fuera del juego. La
realidad de las interrelaciones del trasfondo y los
compromisos lógicos ni siquiera intentamos tenerlos
en cuenta. Nos encontramos todavía en ese viaje
consagrado del guerrero solitario arcaico que desoyendo el
llamamiento de integración de la especie humana
dentro del sistema de la Naturaleza, coloca a la existencia
humana en una alta torre por encima de toda vida pensando
que la Naturaleza es peligrosa y todavía necesita
perfeccionarse.
La
madurez mental, o lo que es lo mismo la posibilidad de poder
reconocer la igualdad de toda vida, se aleja así de
la civilización. Se siguen mucho más aquellas
ideas que desvían precisamente de tal igualdad
siempre que nos proporcionen el mayor número de
ventajas (ejemplo: la riqueza es una señal del favor
de Dios, o que el asesinato de paganos garantiza un lugar en
el cielo). Eso crea sombras en el terreno social y seduce
conduciendo a una emulación en la que la vida se pone
en juego.
En
esta locura auto seductora y maravillados de la ética
centralizada en el hombre, hemos desarrollado una forma de
sociedad a lo largo de la historia con marchamo mundial que
transforma la arrogancia asesina en una realidad
política. Este trasfondo social tiene que ser
reconocido para poder sacar la lección consiguiente.
Será primeramente cuando reconozcamos la
destrucción de la Naturaleza por la
civilización moderna como hecho evidente y su
contra-productividad en relación a las condiciones
auto reguladoras y naturalmente creativas, cuando podremos
finalizar con ese "destino" ominoso al que siempre endosamos
la responsabilidad de nuestros problemas.
El
contexto de destrucción y asocialidad adosados a la
civilización moderna occidental solo es posible
porque las agrupaciones portadoras socialmente de la
ideología dominante se han desmoronado siendo esta
última apoyada por los propios enfoques de dichas
agrupaciones, (según Chomsky
los intelectuales de hoy no pasan de ser "los sumos
sacerdotes del sistema político dominante"). Lo mismo
pasa con la clase médica (colegas de la industria
farmacéutica y del establishment
político-económico en vez de ponerse al lado
de los pacientes), la jurídica (la fuerza de la
riqueza está siempre más protegida que la
debilidad del pobre), la intelectual (congelación de
un idealismo del que podrían emanar nuevas
perspectivas para el futuro del ser humano con la
Naturaleza), los periodistas (noticias sensacionalistas
apelando a los bajos instintos en vez de aclaración e
información para los lectores), los políticos
(caída en las tentaciones del poder y del dinero
perdiendo totalmente la visión del encargo confiado
por los electores olvidándose de mejorar su
estándar de vida), los científicos
(adquisición de conocimientos detallados y sus
aplicaciones de una forma y modo que niega las correlaciones
realmente importantes para la vida), los directores de
empresa e industriales (el ir bien de la empresa está
por encima del bienestar general), y cómo no, igual
pasa con pedagogos, funcionarios y cualquiera otros
responsables (que como todos actúan con frecuencia en
contra de sus principios) sin olvidar a la curia de la
religión que sea (que reconoce de antemano que son el
representante de un poder construido a base de predicar
contra el fomento de la tolerancia del hombre con la
Naturaleza o bien a base personas que creían en otras
cosas). Una mirada sin las anteojeras ideológicas nos
deja ver que el suceder social de nuestro tiempo se lleva a
cabo por la acción activa (y también
participativa) de incontables seres humanos
específicos que se han congregado bajo el escudo de
la democracia, del progreso, de los derechos humanos, de la
libertad arropándose después con una cultura
consumista liberal.
La
contra ideología del comunismo no era ni mucho menos
mejor que la potente cultura consolidada del capital, pero
no cabe duda de que al extinguirse ofreció a esta
última una razón nada despreciable para
extenderse mundialmente como única alternativa
posible. Ahora la anticultura capitalista amenaza con
arraigarse más con todas sus anomalías y sus
mentiras autocomplacientes (la guerra de la OTAN contra
Serbia se estilizó como reacción en bloque del
mundo contra el malvado sin haber obtenido ni una sola
legitimación de la opinión pública
mundial - la espantosas tragedias del Asia Oriental o de
África fueron olvidadas porque los países
querellantes no eran interesantes económicamente). A
largo plazo el culto del capital dañará la
perdurabilidad de la diversidad de la vida en nuestro
planeta.
Sin
embargo ni la evolución ha llegado a su final ni el
ser humano ha conseguido su madurez plena. Cada
entumecimiento puede ser considerado como un aviso
utilizable en los movimientos venideros. El capullo del
gusano está germinando ya el destino de la ruptura y
la mariposa acabará embelleciendo el paisaje.
La
explosión apocalíptica con la que la
Naturaleza intenta liberarse de los impedimentos y
coacciones consecuencia de la civilización, puede
evitarse. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de
aportar algo a lo que será nuestra salvación:
con un comportamiento abierto y sensible que se niegue al
funcionamiento exigido día a día por la
estructura social dominante sobre la base de un sentimiento
de que cada uno está aludido directamente.
Dejémonos
claro en primer lugar que el estado sin sentido actual en el
mundo es principalmente un problema porque la disponibilidad
para asumir responsabilidades es escasa. La responsabilidad
se desvía hacia autoridades ajenas cuando los
individuos son ciegos agresivos que tienen miedo a defender
su propio intereses. La inmadurez humana y la falta de
coraje civil demuestran pérdida de identidad al igual
que el miedo como síntoma determina una carencia o
minusvalía en el desarrollo de la autoestima.
Intelectuales, escritores y publicistas están
llamados a divulgar ampliamente estas circunstancias de
forma comprensible entre la opinión pública.
En
la pérdida del sentido de la seguridad propia o la
sensación de que la identidad de uno mismo es
débil subyace un sentimiento subjetivo de estar
separado de algo fuerte, de algo autárquicamente
propio. El desconocimiento del sentirse integrado en la
Naturaleza - un punto de vista que alguna religión,
también la cristiana, fomenta - solo produce miedo.
Las evoluciones sociales, como últimamente viene
practicando el capitalismo separando a las personas del
lugar de sus medios de producción, han hecho enraizar
esta situación. Cómo resultado final se
ocasiona un extrañamiento absoluto de la persona
consigo misma y con la Naturaleza promoviéndose una
dependencia a mundos de repuesto (drogas, ambientes
religiosos o políticos, dinero).
El
extrañamiento supone una ruptura de la ligazón
con el origen. El ser humano dominado por el
extrañamiento no reconoce a su propio yo y desconoce
el Porqué y el Adónde. Su vida pierde la
autenticidad y tiene la sensación de ser accesorio de
todo. Las instancias religiosas pueden aparentarle una
posible conexión con Dios mientras que el Estado le
ofrece una noviazgo ilusorio con el orden y el desarrollo
por lo que él les paga un tributo creyendo
erróneamente que su alma está a salvo y
cuidada con estos soportes. Pero lo peor es que ha
renunciado a pensar por sí mismo y el vacío
resultante arrastra consigo, junto a la pérdida de
toda orientación, un miedo inevitable.
El
miedo, surgido de tan profunda inseguridad, hace
acomodaticio con respecto a todo aquello que pudiera
significar una salida del pozo y uno en vez de moverse en
los ambientes de una sociedad que se sabe perteneciente a la
Naturaleza se nos arroja en el ambiente generador de
miedos en el que predominan las ideologías y las
religiones dónde el temor nos induce a renegar de
nuestra propia responsabilidad quedando a merced de poderes
anónimos espurios.
Pero
no solo responsabilidad, incluso partes de la vida se ceden
a esos poderes en ese ámbito accesorial que nos hemos
proporcionado en lugar de la Naturaleza. Como fantasmas sin
vida alguna se culmina una venta de nuestra fuerza vital a
estos poderes que en definitiva no representan absolutamente
nada de nosotros mismos; las consecuencias que originan
nuestro actos van a parar a instancias e instituciones sin
rostro alguno como gobiernos, bancos, consorcios, la bolsa,
a sus leyes y sus compromisos. Cierto es que los
orígenes de cada individuo son los únicos que
permanecen reales y las consecuencias surgen dando la
impresión que nosotros no hacemos nada directamente
en esa forma de evolución provocada por los poderes,
fuerzas sociales y energías fallidas.
La
relación confusa entre origen y consecuencia
caracteriza nuestra realidad social hasta hoy. La venta a
precios de saldo de la responsabilidad individual a las
autoridades dominantes es un fenómeno extendido en
todo el mundo, aunque permanezca oculta para cada uno,
que produce obligaciones con una gran incidencia que las
personas finalmente acaban admitiendo como algo normal y
estrechamente ligada a lo que se ha dado en llamar destino.
Pero las obligaciones originan siempre una presión
con querencia al equilibrio.
En
primer lugar tenemos que ser conscientes de dichas
obligaciones llegando hasta sus propias raíces,
tenemos que aceptar y reconocer que nosotros hacemos
también la Historia sea de forma activa o con una
participación pasiva. Los seres humanos tienen que
enterarse de una vez por todas que las obligaciones de hoy
se fundamentan en planificaciones militaristas, en el saqueo
orientado al consumo del planeta, en la economía
mundial y que el aplazamiento de los problemas, que
continúan así sin resolver, solo conduce al
olvido precisamente de lo que produce la calamidad: la
todavía latente inmadurez de la especie humana.
Podemos
evitar ese final letal si somos capaces de huir con rapidez
de esa nebulosa generalizada en la que estamos prisioneros.
Si todos nos sentimos afectados individualmente y nos
atrevemos a asumir la responsabilidad emanante de este
sentir. Podemos considerar el proceso histórico en su
conjunto como un proceso de experiencia propia
pluridimensional y tan pronto como seamos capaces de
quitarnos esas gafas coloreadas ideológicamente se
nos mostrará la interdependencia entre el origen y
las consecuencias porque aceptaremos nuestra propia
responsabilidad humana conscientemente libres de papeles
institucionales lo que, a su vez, nos facultará para
aprender de la alegría y el sufrimiento justo en el
momento que los experimentemos.
Será
primero ese aprendizaje del sentimiento a primera vista
desprovisto de dogmatismo lo que hará posible el
encuentro con la propia identidad personal en donde podremos
aceptar nuestra responsabilidad. La sensibilidad genera
identidad. La implicación personal nos capacita para
crear cambio.
Desde
los comienzos de la Historia de la Humanidad cada persona
tiene su identidad como germen, como anexo de la autoridad
dentro de sí mismo. Ya hace tiempo que esa autoridad
espera su liberación y expansión. En el
transcurrir de todos los procesos de desarrollo
históricos e individuales, la autoridad de las
oscilaciones básicas biogenerativas de miles de
millones de personas universales "resplandece y
resuena" y busca su resonancia en ellos. El objetivo es la
madurez de cada ser humano responsable (persono = resonar)
por todos los ámbitos del proceso de
maduración general de la Humanidad.
Esta
responsabilidad propia exige un alejamiento consecuente de
toda autoridad ajena a la propia vida.
Intrínsecamente contiene la negación a poner
nuestra fuerza vital a disposición de instituciones y
autoridades sociales cuyo comportamiento esté
exclusivamente fundamentado en la ambición de poder o
provecho material. Los disidentes en la antigua RDA nos
pueden servir de ejemplo en este caso. Aunque su
éxito fuera solo limitado debido a las estructuras
del poder de la RFA - una señal para la necesidad de
apoyar la poliarquía natural del macrocosmos
biológico de la Naturaleza por medio de la
consecución de un ámbito político libre
de dichas estructuras políticas.
Porque
ese ámbito político, al contrario de lo que se
suele decir, no es una utopía de los más
diversos movimientos "liberales" que se desmembran
finalmente en un caos generalizado. Tampoco este caos
está libre de todo tipo de instituciones reguladoras.
Sus burocracias y centros de coordinación no buscan
ya más, sin embargo, una vida propia afanada por el
dominio, sino que sirven exclusivamente a objetivos de la
regulación en interés de la mayoría. La
aceptación de la responsabilidad personal en la
escala más inferior lleva a que las estructuras
reguladoras estén vigilantes y sean flexibles y que
en sus consecuencias se vayan acoplando en el camino a las
necesidades del todo global. Tampoco la función y
organización de los representantes populares se mide
con la vara del interés general si consideramos en
qué cuantía fomentan un convivir
fructífero del hombre con la Naturaleza. Lo primero a
destacar sería su escasa sensibilidad respecto a la
realidad, como es el caso actual, cuando deberían
abandonar esa aptitud servil con los intereses particulares
que les mantiene adheridos con persistencia a la riqueza y
al poder.
En
nuestros días un pensador o político realista
puede ser solo clasificado como tal si dejara de estar
prisionero de los paradigmas y comportamientos obsoletos y
tuviera el valor de actuar según sus propias
convicciones. Una persona así sería capaz de
reconocer dónde se encuentra la salida de las
estructuras políticas destructivas y
contraproductivas actuales. Todavía es posible tomar
las decisiones apropiadas entre las prioridades de la
ecología y de la economía, entre vida y
dominio en el sentido de la supervivencia planetaria
desconectando la fuente de peligros que representa el
Hombre, antes de que la propia dinámica
cósmica dicte sentencia sobre las formas de vida
humanas extendidas en el mundo entero.
La
falta de orientación y la inutilidad de sus pautas de
valores que caracteriza hoy a las naciones industrializadas,
ha conducido a un fracaso del legislativo en todos los
ámbitos afectados de la economía y la
tecnología. Como resultado está el poder y
seudo-responsabilidad del ejecutivo que ha sobrepasado todas
las dimensiones imaginables. Simultáneamente el
crecimiento del poder de las multinacionales con sus
invisibles ramificaciones y acuerdos (iniciativas NAFTA,
WTO) ha degradado a los estados nacionales
convirtiéndolos en sus marionetas con lo que los
resultados de las elecciones carecen ya prácticamente
de importancia. Los consorcios globales actúan sin
ningún tipo de control democrático, muy al
contrario: ellos mismos son quines controlan la
política mundial. Una prueba evidente del fracaso de
las viejas democracias.
La
única garantía para remediar esta peligrosa
falta de orientación está en un despertar del
sentido de implicación del individuo junto con la
negación activa con respecto al sistema
político, así como un intercambio
fructífero de ideas con personas que piensen y
sientan lo mismo. Ahí es donde se consigue el
ámbito en sí siempre ampliable de la claridad
espiritual: discutiendo y haciendo realidad más tarde
las leyes que se promulguen, los acuerdos internacionales,
las ideas, las nuevas perspectivas que permitirán a
la población mundial vivir pacíficamente
dentro de un contexto de bienes proporcionados por la
Naturaleza.
Cada
idea podrá ser cuestionada y medida en el sentido del
todo global. Se acabaron el encarcelamiento de las ideas
fructíferas o su aniquilación por la
Inquisición. Muy al contrario: especialmente deseadas
son aquellas ideas que contravengan el viejo orden
todavía vigente. La liberación del
espíritu genera más espacio y nuevas ideas. Un
intercambio de pensamientos generalizado posibilita la
creación de movimientos y ajustes y asegura el
intercambio de información necesario dentro del
transcurrir funcional de los cosmos descritos anteriormente.
En
un flujo semejante, sin bloqueos, atascos o polaridades de
ningún tipo, se podrá oír la resonancia
que discurrirá como resonancia vital personal e
instantánea porque generará la confianza
creciente de que el camino emprendido es el correcto
confirmando así nuestra fe interna (que "puede mover
montañas") ya liberada de premisas dogmáticas.
No cabe duda que se generan imágenes que nos
motivarán a dirigir nuestra voluntad y lo que nuestra
voluntad puede conseguir en estas condiciones se
sentirá como algo personal de los que nos
responsabilizaremos. Esta sensibilidad asegura el
acoplamiento auténtico y rápido de cada evento
bendecido por la propia Naturaleza. Y solo sobre la base de
dicho acoplamiento sensible puede tener lugar el proceso de
aprendizaje cultural sobre la integración humana
especifica en la misma.
Esta
especie de estar ahí en el mundo hace desaparecer el
miedo y crecer la tolerancia. Es la base de la confianza en
la vida misma y nos traslada a un sosiego interno que
siempre a irradiado en la existencia de todos aquellos que
han sabido vivir en sintonía con la Naturaleza. Su
efecto es que cuidaremos y atenderemos esa confianza
original que emana del mundo y que se manifiesta en nuestros
hijos que crecerán y madurarán con la total
confianza en su fuero interno. Nuestras experiencias
serán transmitidas personalmente y en concordancia
con nosotros mimos. No les privaremos de nada ni tampoco los
limitaremos. Dado su crecimiento en la sinceridad, veracidad
y rectitud, en los adolescentes se mantendrá su
confianza original en conexión con una capacidad de
juicio sana, y en los adultos una sinceridad mantenida
siempre como nueva. La vida curándose a sí
misma. La especie humana alcanzará su tiempo de
profecía cuando la Humanidad pueda vivir en paz con
la Naturaleza. Será el final de toda adicción,
asesinato y miseria.
Será
también el final de una ética moral que induce
a confusión, polarizada y permutante, una
ética cuyos valores cambiantes fueron perjudiciales
para unos y beneficiosos para otros. Una ética por
ello muy engañosa que siempre ha acompañado a
nuestra gran suerte de ser un ente humano desde las primeras
tribus patriarcales pasando por las cámaras de
tortura y guerras de las ideologías
dogmáticas, hasta llegar al borde de la ruina.
Tenemos al alcance el final de toda nostalgia, de ese sufrir
hasta ahora solo glorificado (culto a la cruz,
¡sé duro contigo mismo!).
Es
justo el momento de desarrollar una ética que sea
honesta, diáfana para que todo valor pueda encontrar
su sitio apropiado en el devenir conjunto. Es justo el
momento de una ética revolucionaria que quede abierta
a los nuevos impulsos e informaciones procedentes de los muy
diversos ámbitos vitales y también de las
fuentes de vida universales.
Para
podernos imaginar exactamente estas fuentes vitales es
necesario el reconocer y destapar la relación
existente entre la dependencia normal de la imagen y la
realidad del mundo. Al mismo tiempo hay que aclarar los
nexos entre la psique (espíritu) y soma (cuerpo) para
hacer transparente los orígenes y relaciones de todas
las informaciones.
La
masa y la energía son transformables una con la otra
y viceversa. La teoría de ello la aclaró
Einstein. La relación entre materia y energía
viene determinada por el gran factor astronómico de
la velocidad de la luz. Pero la luz no determina solo la
relación de ambas sino también la
transformación (mutación) de un ámbito
en cualquier otro. De esa forma hace también el papel
de interconector de ámbitos y con sus oscilaciones
establece la unión entre materia y energía y
garantiza la versatilidad de las dimensiones. Los fotones,
que aparecen entre estas últimas, son portadores de
información de una causa cósmica esencial. Sus
informaciones aseguran la cohesión y la fusión
de todos los órdenes y magnitudes polares en camino a
través de la historia de las galaxias.
La
normalidad del ejemplo físico puede promover a
reflexiones trascendentes más allá de las
conexiones entre las dimensiones de lo corporal y lo
espiritual. Desde las ciencias del espíritu aparecen
el logos, la fuerza de las ideas, imaginaciones o
también visiones del mundo como una totalidad, como
portadores de información entre todos los
ámbitos. El logos es el que determina la
realización material, social y cultural de aquello
que está presente en el espíritu. Y cada nueva
realidad conseguida suministra una y otra vez nuevas
informaciones al entorno espiritual.
Pero
es primero cuando vemos la realidad tal como ella es y no
como nos enseñan a pensar que es (con la
cultura, la religión, ideología,
representación científica, etc.) cuando
tenemos una oportunidad de obtener informaciones
auténticas sobre nuestro mundo. Y es precisamente la
información auténtica la que genera las
motivaciones y comportamientos que están acompasados
con las exigencias naturales.
Lo
dulce sabe dulce y lo amargo, amargo, mientras sea que no
arrastremos una imagen falsa de lo que es dulce o amargo.
Cuando se consigue la concordancia entre imagen y realidad
es cuando se evitan las discordancias en nuestra conciencia
que hacen acto de presencia si tenemos imágenes
inmateriales aceptadas como reales muy a pesar de que no
concuerden (lo amargo como dulce a pesar de que no nos
gusta). Es primero identidad de imagen y realidad lo que
otorga la concordancia y es en primer lugar también
cuando existe una concordancia entre las imaginaciones
vitales y las condiciones prefijadas por la Naturaleza
cuando se certifica la autenticidad del Hombre y la
Vida.
Por
lo tanto dejemos ya de creer que es un demonio o cualquier
otra fuerza sobrenatural lo que ejerce una influencia
engañosa, falsa, seductora o confusa sobre los seres
humanos, no, es el Hombre mismo el que se ha convertido en
fuente de sus ilusiones e informaciones erróneas.
Y
todo porque generación tras generación un
espíritu temporal inmaduro o también
patológico es el que está obligado a impregnar
al espíritu comunitario joven que le sucede
impidiendo así la autonomía del sucesor,
manteniendo así su dependencia con lo precedente. La
dependencia solo genera miedo a perder algo o todo. El miedo
a perder genera el ansia de poder y sus derivados, la
adicción al sometimiento. Poder y sumisión son
las fuentes de toda destrucción.
La
vida y la naturaleza son uno, creadores en su universalidad,
sin valores artificiales incrustados. Cualquier impedimento
dogmático de la experiencia vital y del proceso de
aprendizaje que descansa sobre ella conduce solo a la
destrucción del mundo material o cultural y por lo
mismo a pensar que la locura es normal y a considerar como
repuesto la permutación de la realidad. Sin embargo,
cuando la mirada sobre la vida se hace tal como es ella, sin
ideología que la nuble, cada experiencia vital puede
sernos útil promoviendo nuestra autoridad. Tan pronto
como la tradición finalizase con la imposición
de introducir su seudo-realidad que niega la vida y sus
estructuras de la dominación que dividen en el
proceso educativo de los niños, se podrá
recobrar el sentido auténtico de la verdad y el
circuito fatídico de la destrucción y
violencia, que hasta el día de hoy lo impregna la
Historia de la Humanidad, quedará interrumpido.
Ahora
es cuando las tesis de Popper sobre la corrección
de los errores empiezan a jugar un papel, porque la
corrección de errores postulada por Popper solo
funciona en dirección de una evolución
social del oyente y en un mundo mejor para todos los
participantes cuando la posibilidad de reconocimiento no
está estorbada / impedida por la adicción a
las ganancias o la avaricia del poder o, también,
por un sentido de rigidez dogmática y cuando el
status quo se puede cuestionar realmente.
Para
el mecanismo correccional de errores típico del
sistema es un problema el potencial que el proceso
evolutivo ha creado: la libertad humana de ver o de
cerrar los ojos.
El
mecanismo correccional de errores típico del
sistema funciona solamente cuando el sensor no sea
manipulado o desconectado, el órgano sensitivo no
se encuentre sordo, ciego o confundido de alguna otra
manera. Justo a este respecto es donde debemos poner
más atención, pues nuestro órgano
sensor se encuentra en la actual sociedad de cuño
neolibreal-capitalista y generadora de violencia al menos
en estado de trance, si no ya desconectado. El mecanismo
automático de correcciones asignado al sistema
fracasa: a pesar de que vemos y experimentamos los
daños causados por el sistema económico
mundial controlado por el OMC (organización
mundial del comercio), permanecemos inmovilizados como el
conejo hipnotizado por la serpiente, de modo que tampoco
reaccionamos con los instrumentos alternativos
económicos de que disponemos.
¡Caso
que nuestras sociedades fueran efectivamente
democráticas, abiertas y libres, tendría
lugar una compensación constante de los peligrosos
factores potenciales por medio de todo tipo de
alternativas! Y sin embargo el sistema de los intereses
de unos pocos organizado totalitariamente contra los
intereses de la mayoría es rígido y letal,
impide todo tipo de desarrollo social cualitativo y, por
ende, un mundo mejor para todos los implicados.
La
violencia real asegura el abotinamiento de los recursos
naturales disponibles para las próximas
generaciones, mientras que la manipulación mental
por medio de los medios de comunicación afines
impide el reconocimiento de estos y otros peligros y de
la amplia oposición que habría de ser el
comienzo de una corrección necesaria.
Para
dirigirnos a una espiritualidad práctica y una
religión vital natural, nuestras reflexiones tienen
que tener en cuenta el aspecto íntegro de la vida
sobre la Tierra y anteponer las exigencias biológicas
de una Naturaleza sana a las aspiraciones humanas.
La
espiritualidad en concordancia con la Naturaleza se
caracteriza porque la realidad vital en las estructuras del
sistema nervioso central se conciben en su totalidad y sin
falsedades. Los ámbitos vitales tanto físico
como psíquico pueden trascender en experiencias de
trance o mediáticas en las que la resonancia con la
vida es experimentable individualmente. Para muchos pueblos
naturalistas era eso de general conocimiento hasta que el
hombre blanco los acusó de bárbaros y
abusó de ellos para explotarlos.
Con
una experiencia en trance la vida es vista en una estructura
integral que no es posible entender solo con la ratio. En el
concierto conjunto arcaico del individuo con el cosmos,
libre de la violencia y del dominio, se consigue un fluyo de
pensamiento auténtico (inteligencia emocional) que
hace posible la manifestación de una evolución
continuada. Un ejemplo biológico de la creatividad
profunda de un evento de trance es el amor y la
cópula sexual completada conscientemente con toda
parsimonia - lejos de una simple satisfacción del
instinto sexual.
Y
así se muestra el proceso de maduración
natural del ser humano:
Tras
el período de maduración programado por la
Naturaleza en el vientre de la madre, los neonatos son
recibidos en el mundo amablemente. La separación
corporal de la madre experimentada en el nacimiento no se
cristaliza en el doloroso sentimiento de encontrarse
perdido, sólo y desamparado con sus fatales
consecuencias (la represión síquica y las
reacciones a esa represión) pues los
"llevados en brazos"
permanecen en amoroso contacto íntimo con el padre y
con la madre. Las primeras fisuras de la energía
vital se evitan de este modo por medio de un contacto
corporal ininterrumpido que sella el sentimiento de
pertenencia conjunta, el cual, a fin de cuentas, se
despliega en una sana inclinación social. En una
atmósfera de aprendizaje aunada puede continuar
desarrollándose su confianza innata. El vacío
mental de los neonatos se llena con representaciones
verdaderas y por ello con sentido y orden. Los conocimientos
que van adquiriendo más adelante con el aprendizaje
de las experiencias prácticas no es teorético
sino que está extraído de la propia realidad
vital.
Este
proceso de aprendizaje está libre de inseguridades
tal como hoy se producen por medio de la discrepancia entre
la realidad y las imaginaciones permitidas por la
ideología dominante; por eso el neonato no desarrolla
ninguna división síquica, ningún miedo
o adicción. Tampoco está disponible la
reacción a esos miedos y adicciones - en tanto que
extendida en las obligaciones surgentes como repuesto de la
realidad en nuestra actual cultura del miedo - de forma
debida en aquella sociedad que vive en concordancia con la
Naturaleza.
Cada
filosofía del poder puede considerarse en su
coacción de supervivencia y expansión de su
esfera de influencia como una recolección de ideas
fijas valorables de forma subjetiva en lo referente a
sí mismas y en todo aquello externo a ellas. El
interés exclusivo por el poder o por el dinero genera
en sí ideologías enemigas de la vida que
falsean la realidad negando hechos o relaciones relevantes
en tanto que los someten a castigo o los ridiculizan. Tales
ideas fijadas dogmáticamente atrasan la
evolución como consecuencia directa
conjurándose así para la destrucción
precisamente de aquellas fuerzas que ellas mismas utilizaban
o expandían.
También
el psicoanálisis clásico no ha conseguido
superar hasta hoy los impedimentos principales que
obstaculizan el camino hacia el reconocimiento de estas
relaciones. Él mismo sometido a las estructuras de
poder sociales dominantes les ofrece sendas que facilitan su
aceptación, pero nunca aquellas que harían
posible su superación. El psicoanálisis parte
hasta el día de hoy de ramificaciones (como si de un
instinto original dividido se tratara) y descuida con ello
la realidad de instinto vital creador puro y llano, cuyo
impedimento y error es responsable (a causas de las
condiciones sociales contra natura) del despertar de fuerzas
instintivas causantes de las sombras.
La
supervivencia de la vida está ligada de forma natural
a una creatividad limpia que viene garantizada en un
bio-sistema de la auto-referencia para uso exclusivo de la
vida (como ampliación y cumplimentación de los
sistemas ideológicos y sus referencias propias). En
este arca es donde el Hombre está llamado a su
resonancia con el mundo si desea gozar de un futuro. Solo la
filosofía de un derecho a la vida universal,
envolvente de todo y completo en concordancia con las normas
autorizadas por la Naturaleza, garantiza una mayor
expansión de la vida. A través de su
responsabilidad conscientemente propia se continúa
desarrollando la idea transportada.
Nuestra
imagen del mundo genera la realidad de ese
mundo
Partiendo
de una conciencia responsable se ramifica la sociedad
mundial en los cuerpos del mundo "GAIA" y se asegura en su
consciencia propia un convivir creativo por y para todos los
órganos y sistemas de la Naturaleza sobre la faz de
la Tierra. Dioses, semidioses, demonios, seres malignos y
otras imágenes y figuras mitológicas
procedentes del caos informativo de nuestra conciencia de
sombras se disuelven dado que les dejamos de otorgar
responsabilidad y apoyo vital. Sus fechorías oscuras
y destructivas finalizan. El cosmos del cielo cerebral
humano queda iluminado hasta en su más exigua
cavidad. La luz de la creatividad anega las neuronas de
nuestros hemisferios cerebrales y su fuerza ordenadora
creativa puede ser la escala de medir el orden
político del futuro.
Con
esa escala de medir se garantiza la vida individual - desde
las vías del Sistema Nervioso Central hasta las
estructuras del ADN - la maduración del Hombre
autónomo y auténtico. Sentido y meta de la
evolución es el mantenimiento, desarrollo y mayor
perfeccionamiento de las estructuras biológicas
heredadas del Universo ADN. El sentido y meta de la vida
humana están por eso en la conformación de su
psique y en su cultura (en la dimensión social de la
sociedad). Todas las representaciones donantes de cultura
deberían concordar con las tareas genéticas
del objetivo evolutivo.
Las
calidades destructivas de la vida descansan en el
pensamiento dentro de las limitaciones mentales de las
ideologías falsas y contradictorias. Las religiones
que postulan por seres (buenos o malos), por mundos
dominados por dioses o demonios fuera de la esfera humana
solo traen consigo una polarización generadora de
miedos tanto en mundos estáticos bondadosos como
malignos que está fuera de la realidad. Incluso ya la
fijación de lo que es "bueno" o "malo" contiene
intrínsecamente una valoración de prioridades
dimensionarias ilusorias en lo concerniente a las
consecuencias absolutamente reales que uno mismo se otorga.
La valoración se convierte en un fin en sí
mismo que mantiene viva la polaridad monomaniática y
por tanto impide su superación.
La
confrontación a la que apela el pensamiento del
"blanco-negro" y "o esto o aquello" no hace sino
alimentar nuestros miedos y ocasiona desconfianza y rechazo.
Desconfianza y rechazo solo conducen, tras pasar por la
inseguridad y el error, al sin sentido. El sin sentido y la
mentira anquilosan firmemente la realidad demencial de la
injusticia y en el contexto de esta injusticia y de la falta
de orientación no se podrá superar nunca
más como tal la realidad vital específica que
tanto en el plano individual como social se verá
empujada a convertirse en REPUESTO.
Pueblos
que vivían estrechamente ligados a la Naturaleza
fueron siempre conscientes de la importancia de su
comportamiento porque ello era indispensable para su
supervivencia, para aprender a convivir de forma productiva
con los bienes de la Naturaleza sacando provecho de la
superabundancia de dicha Naturaleza. La conexión de
la religión con la Naturaleza fue sin embargo
destruida por un sistema social que no reconocía la
unión de los opuestos, el equilibrio dinámico
- Yin/Yang y otros símbolos de la sabiduría
indígena - de las fuerzas contrarias complementarias
y proporcionales como fuente de la fuerza creadora. Esta
mentalidad no reconocía la Naturaleza como seno
materno de la vida (matriarcado, mater-arché =
emanante de la madre) sino otorgaba al hombre con el
patriarcado la posición del actor y dominador
poderoso - un hecho que encauzó históricamente
el traslado de la superabundancia a la escasez, de la vida
al repuesto de esa misma vida y que todavía produce
la política obscena de hoy.
El
ascenso del principio masculino se desarrolló mano a
mano con la creación de instituciones antinaturales
con las consecuencias de extrañamiento que se han
detallado. De esta manera el extrañamiento hacia la
Naturaleza fue sistemáticamente fomentado por los
poderes dominantes en su propio beneficio. Los efectos
emanantes de este proceso histórico fueron:
crecimiento de monoteísmo, surgimiento de la
política como asunto que solo afecta al hombre
masculino, cristianización de tribus y pueblos, la
caza de supuestas brujas (discriminación de la
mujer), el descubrimiento del dinero con sus intereses e
intereses acumulados, la colonización, el menosprecio
de la actividad agrícola y en nuestros días la
globalización, tal como la entienden las empresas
multinacionales y sus formas de actuar y los gobiernos de
los países industrializados.
La
represión creciente de la autonomía
individual es comprobable por sus huellas ya que con hechos
puntuales se han ido marcando a todo lo largo de la Historia
de la Humanidad y quien hoy en día todavía
afirme que todo ha sido para mejorar olvida deliberadamente
las consecuencias devastadoras de la
industrialización. Han sido erradicadas un sin fin de
especies de la superficie terráquea y para las
generaciones futuras es evidente la amenaza del
envenenamiento químico de la atmósfera, el
agua potable y los productos alimenticios por los
daños causados por rayos procedentes de la
tecnología atómica y por otras consecuencias
nocivas todavía desconocidas que puede ocasionar la
tecnología genética.
Lo
único que hoy nos puede salvar es la
comunicación abierta entre todos los afectados por la
situación, personas, gobiernos y multinacionales,
así como un intercambio activo entre los integrantes
de las diferentes sociedades incluyendo a sus
científicos y sociólogos. Solo con un
cuestionamiento de los temarios políticos y
religiosos, así como de los propios pensamientos y
pautas de comportamiento se podrán poner en evidencia
los errores, equivocaciones y falsas doctrinas sobre lo que
todo descansa.
Tan
solo una cierta sensibilidad espiritual y puesta en marcha
conseguirán vencer a esas imágenes
fantásticas que anidan en muchas cabezas logrando que
sean sustituidas por ideas auténticas y racionales.
Imágenes fantásticas como que Dios
arrojó del Paraíso del ser humano, que el
matar a un pagano es obtener la llave del Paraíso,
que la riqueza es una señal de la bondad divina o que
la desgracia y la enfermedad son las consecuencias
necesarias de una vida individual ya pasada, etc. etc.
El
proceso de saneamiento a nivel mundial pasa por una
necesidad creciente de reducir los efectos de la injusticia
social creada por la fuerza explosiva del sistema
estableciendo mecanismos para una distribución justa
de la riqueza material acumulada por unos pocos a
través de generaciones. Otro síntoma de este
proceso es la conciencia creciente de que un ambiente social
satisfactorio es la condición indispensable para un
establecimiento de la confianza, autoestima y tolerancia que
a su vez desembocan en una convivencia pacífica.
Una
orientación psíquica general en concordancia
con el ordenamiento natural de la vida y que así lo
refleje es indispensable para la salud del individuo como
también para la paz del mundo. Los seres humanos
olvidarán sus obsesiones de poder o ambición
de dinero y también su adicción al mal llamado
"progreso" al precio que sea, concentrándose en las
necesidades emanantes de la vida de las que
adquirirán conciencia por propia deducción y
que vienen reflejadas en un entendimiento sensible
relacionado con la supervivencia. Dado que tenemos que vivir
en una comunidad global tenemos que cuidar con nuestra
responsabilidad personal que nuestros órganos
sociales, gobiernos y ministerios se pongan al servicio real
del ordenamiento vital natural.
Será
de esta manera como los elementos destructivos y agresivos
de la existencia humana podrán ser domesticados y
transformados. Tras siglos de búsqueda
espasmódica (adicción) podremos poner en
marcha de una vez un poder ordenador curativo que en
concordancia con la Naturaleza nos posibilite un futuro
satisfactorio y abierto.
En
la conciencia de esta fuerza generadora se
desarrollará la investigación
científica de acuerdo con lo que es un progreso real
del Hombre. La absolutización de determinados asuntos
secundarios y su expoliación indiscriminada para la
cumplimentación de los intereses de unos poco a costa
de la mayoría pertenecerá, por fin, al pasado.
En
el contexto del Todo unido será posible transformar
la tecnología, los sistemas sociales y las
enseñanzas filosóficas para que se ajusten a
las normas y devenir de la Naturaleza. Los ciclos globales y
naturales se mantendrán porque de su funcionamiento y
organización depende la evolución posterior de
la misma vida. No puede caber ninguna duda, el ser humano se
siente en su casa solo cuando vive en su mundo natural.
La
investigación sensibilizada de las dimensiones
vitales, como por ejemplo el desciframiento del lenguaje de
seres que viven junto a nosotros como los delfines y
ballenas, que hasta ahora solo han servido como fuente de
ingresos comerciales, nos puede enseñar mucho de los
cánones cooperativistas con los que se rige la vida
comunitaria de ellos. Será primero cuando el hombre
se convierta en un impulsor concienciado y humanista de la
vida en su propio planeta, cuando podría estar en
disposición de comunicarse con otras formas de vida
del Universo con un carácter constructivo. Solo
entonces sería beneficioso orientarse en el infinito
de los mundos desconocidos con el propósito de
transmitir a las estrellas nuestra cultura, convertida a la
paz, como embajada de alegría.
La
especia humana puede conseguir su lugar permanente en el
concierto de la evolución. El motivo conductor
ofertado dentro de la sinfonía de la vida se ha
convertido en un asunto independiente de cada grupo de
instrumentos. Las variaciones más diversas de ese
motivo creativo inspiran a los más virtuosos solistas
y también a muchos de los oyentes del patio de
butacas presentes que llevarán juntos a cabo
numerosas aplicaciones felices. Consecuencia de esta
alegría orgiástica es que esa orquesta siempre
dispondrá de un elenco de músicos cada vez
más ricos en sus facultades con la consiguiente
mejora del sonido, la armonía y el éctasis que
se escuche de sus notas, la mejora del propio status de la
existencia y de la consistencia de la totalidad de todos los
conjuntos orquestales que puedan existir.
amo
ergo sum - amo, luego existo
Conseguir
una comunidad orquestada de todos los que vivimos es tarea
ineludible de todos y cada uno de nosotros y,
también, la única oportunidad que nos queda.
Cuando
las cifras y las formas
dejen de ser la llave de las criaturas,
cuando éstas canten o besen
más que los eruditos saben,
cuando recuperen la libertad
y en el mundo retorne el dar,
cuando la oscuridad y la luz
se conviertan en esplendor real,
y los cuentos y poesías
hablen de historias de vida eterna,
solo entonces,
la palabra secreta
anunciando al nuevo Ente nacido.
Novalis
(1772-1801) "Canciones espirituales"
El
estado del amor es fuerza. Este estado no conoce carencias,
faltas o límites.
El estado del amor es potencia. Todo es en él
posible, excepto el odio y la violencia.
El estado del amor es irradiación. Está en
todas las cosas y entre todas las cosas.
El estado del amor es alegría, una gran felicidad, la
serena felicidad de existir.
El estado del amor es apertura, un paradójico
estár en sí y más allá de
sí mismo. Otros lo llaman éxtasis, el
levantamiento de la linde entre el hombre y el mundo.
El estado del amor el de la abundancia, el ser poderoso,
mágico o magnético de todas las cosas, la
atracción de todas las cosas.
El estado del amor es un mirar y un admirarse, es
existir.
El estado del amor es la capacidad y la ciencia, el sentido,
un saber universal, nuestro sexto sentido.
El estado del amor es el auténtico estado natural y
simultáneamente lo mejor de la
civilización.
El estado del amor es el estado divino, encontrarse
eternamente ileso y alegre (la santidad).
El estado del amor un sentimiento erótico de la vida.
Energía que anega el cuerpo, el cuerpo que se
encuentra unido al mundo, su sensualidad, su memoria, sus
ritmos y espacios, el cosmos.
El
estado del amor es el estado de un orden diferente en el que
se muestra una naturaleza completamente diferente. Algo
sucede que pudiera nombrarse como un ser atraído por
él. La naturaleza se muestra entonces como un sujeto
autónomo, esto es, que acepta sin someterse.
Así se conoce que el hombre no es el único que
de alguna manera "piensa", "ama", "actúa" y "es".
Este conocimiento de la naturaleza no ha sido intencionado,
sino que ha sucedido de un modo autónomo. El
acontecimiento muestra en qué tremendo grado es
impropio nuestro concepto de la Naturaleza, hasta qué
absurdo punto es reduccionista, falso y contraproducente. No
estamos en absoluto aunados a las posibilidades que ofrece
la naturaleza y tampoco estamos a su altura. La experta
naturaleza puede ser así pues el criterio de la
revisión y de la apertura que nuestro concepto de la
naturaleza misma requiere urgentemente. Las consecuencias en
relación a nuestra concepción de la ciencia y
nuestra cultura, esto es, el modo en el que la sociedad
actúa frente a la naturaleza tanto exterior como
interior, serían entonces insospechadas.
Claudia
von Werlhof
La
fuente sellada de la
paz
por Willi Maurer (documento pdf)
(versión
inglés)
(versión
alemana)
Emanzipation
Humanum,
versión: 12. 2001, bienvenidas sean las
críticas, comentarios al contenido y la forma,
así como el diálogo. Se agradece la
divulgación del texto en copias sin modificar
indicando la fuente. Traducciones en otros idiomas nos
agradarían. La posibilidad de acortar o modificar el
texto es posible tras llegar a un acuerdo.
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