A propósito del
holocausto indígena boliviano
El
racismo estructural como filosofía de la
violencia
por
Javier Lajo
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El terrible atentado
del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York apagó con
sangre inocente el recuerdo de la inmoral actitud que
dejaron los EEUU e Israel pocos días antes cuando
retiraron sus delegaciones de la conferencia antirracista de
Durban, mientras que Australia y Canadá la
calificaron de "hipócrita". ¿Acaso fue este
atentado contra las Torres Gemelas una respuesta "eficaz" e
inmediata de los "islámicos" contra los "cristianos"
por abandonar la Conferencia? ¿Estamos el "resto del
mundo" atrapados en esta guerra "racismo islámico vs.
racismo cristiano" medio-oriental que ya dura 4,000
años y no tiene cuando acabar? Es indudable que las
raíces ideológicas y culturales de este "juego
de racismos" son las causantes de tamaña gresca
secular. Los pueblos indígenas no tienen porque
involucrarse ni tomar partido en un juego tan infantil como
intolerante y manido. Obviaremos en este artículo las
características contingentes y superficiales de lo
que hemos llamado antes "racismo estructural", como por
ejemplo sus caracteres penumbrosos, subliminales,
ambivalentes, escalonados, matizados, auto-adictivos, etc.
Puesto que estos temas ya son (al fin) de
preocupación de intelectuales criollos en el
Perú(1)
y de seguro que a ellos les hacen mucho más caso, que
a nosotros los indígenas, la llamada prensa libre y
la opinión pública en general, que en su
hiper-racismo son mucho más inconscientes.
Reflexionemos ahora de una manera mas profunda, en el
terreno de la filosofía sobre el racismo como parte
de la estructura mental de la cultura occidental globalizada
(cristiana, musulmana, etc.).
Racismo
estructural
Pero sin ánimo
de generalizar mucho y decir con justicia, con algunos
filósofos contemporáneos, que el origen de la
intolerancia racial, es un problema generado por los cultos
monoteicos, -o "monomaniáticos" diría yo-,
vamos en el presente artículo a explorar, desde
nuestros cristales con que los indígenas vemos,
algunas de las causas principales que están
contenidas en la base misma de la filosofía del
occidente globalizado, que hacen de dicha
civilización, una estructura o maquinaria
intolerante, con impulsos radicalmente xenófobos y
racistas. Es lo que hemos denominado el "racismo
estructural". El racismo globalizado tal como lo conocemos
hoy nace en la cuna misma de la civilización
occidental y cristiana, son los filósofos griegos los
que crean un sistema de pensamiento excluyente desde la
raíz. Aristóteles, dice en La Política,
que "hay, por efecto natural y para la conservación
de las especies, un ser que manda y otro que obedece; el que
por su inteligencia es capaz de previsión, la
autoridad y el mando los tiene de un modo natural el que
solo posee la fuerza corporal para la ejecución, debe
naturalmente obedecer y servir, porque el interés del
amo es el mismo que del esclavo" de lo que concluye, con una
cita poética: "Los griegos tienen derecho a mandar
sobre los bárbaros... como si bárbaro y
esclavo fuera una sola cosa". El fundamento
filosófico del racismo occidental es este, pero nace
también como un racismo contra la mujer, o sexismo,
cuando fundamenta aquello de que, hay unos hombres que nacen
libres y otros esclavos y además, así como los
animales son menos que los humanos, así hay humanos
que son menos que los otros, y que las mujeres son menos que
aquellos, al igual que los animales.
Lo primero es
caracterizar el racismo como un arma de dominación,
porque existe la dominación económica, pero la
dominación ideológica es más fuerte
aun. Veremos. Los indígenas debimos situarnos y
resistir frente al racismo histórico que occidente
logra a punta de sangre y fuego imponer contra el resto del
mundo. Nunca estará de más recordar los
millones de muertos que la invasión y
ocupación europea dejó en nuestro continente
andino(2).
En diferentes publicaciones hemos sostenido que el
occidental y cristiano es un proyecto histórico
hegemonista y predador, belicista de nacimiento y con una
ferocidad y crueldad solo comparable a la complejidad de su
pensamiento y manera de "razonar".
Racismo y
violencia
Debemos hacer un
esfuerzo por rastrear de donde nace tanta vocación y
entraña violentista que tiene al racismo como su
principal motor. Creo que todas las culturas contienen la
misma valoración sobre la violencia, pero que es
condición previa a la "contractualidad humana",
procesos de consensualidad en donde se depositan todas las
creencias, religiones, fés, filosofías,
doctrinas, etc., etc., como contenidos y condiciones de
contractualidad; si el pacto es verbal o escrito o
simbolizado de alguna forma, es lo de menos, la violencia
como "los pactos" humanos son, salvando diferencias menores,
los mismos en todo el planeta, esto sin cargo a que alguna
de "las partes" del "contrato" se salga, por algún
diverso motivo, de lo pactado y genere un "tránsito
violento" hasta otro "momento de paz" es decir, de "no
violencia." Pero entre todos los racismos, el racismo
europeo occidental y "blanco" ha sido y es el peor de todos,
pues hoy está globalizado y empotrado o "encapullado"
al sistema político, económico, financiero,
educativo, intelectual, etc. Y les va a ser muy
difícil sacárselo de encima.
Solo voy a apuntar muy
superficialmente cierto resultado de la violencia racista
contra la negritud y contra la mujer. Es aplastante la cifra
de 100 millones de negros que fueron "sacados", cual si
fueran bestias, de África y de los cuales "solo"
llegaron veinte millones a América (Colombres:
1989:25). Tampoco no diremos nada, porque sobran razones
para explicar las cinco millones de mujeres que la iglesia,
en la misma Europa durante solo 300 años,
ejecutó en la llamada guerra contra las "brujas".
¿Alguien ha dado alguna explicación de esta
bestialidad?, ¿Habrá alguna manera de explicar
estas cifras de carnicería? ¿Acaso con el Dr.
Juan Ginés de Sepúlveda y en su célebre
"discurso de Valladolid", se puede encontrar la
justificación a tanta masacre en la ocupación
del continente Andino? Sepúlveda es conocido por su
defensa de la conquista de América y la
evangelización de los indios por medio del
título de civilización o derecho del
dominador sobre el dominado para evangelizarlo y elevarlo a
su misma altura. Sepúlveda plantea las "razones" de
la justa guerra, o de la justa "matanza", que después
y hasta la actualidad se sigue manifestando como la guerra
de las "justas razones". Veamos, si no seguimos esgrimiendo
la misma guerra de razones, que intentan volver
legítimo el "orden" de ese Dios único de las
culturas monoteístas del Mediterráneo: "-Es
legítimo dominar por la fuerza de las armas a los
hombres cuya condición natural es tal que
deberían obedecer a otros, si rechazan dicha
obediencia y no queda ningún otro recurso. - Es
legítimo desterrar el abominable crimen que consiste
en comer carne humana, que es una ofensa particular a la
naturaleza, y poner fin al culto de los demonios, el cual,
más que cualquier otra cosa, provoca la ira de Dios,
con el monstruoso rito del sacrificio humano. - Es
legítimo salvar de los graves peligros a los
innumerables mortales inocentes que esos bárbaros
inmolaban todos los años, apaciguando a sus dioses
con corazones humanos. La guerra contra los infieles se
justifica porque abre el camino para la propagación
de la religión cristiana y facilita la tarea de los
misioneros". Extrañas razones, sobre todo esto
último de "salvar a los innumerables mortales
inocentes" de los "sacrificios humanos", cuando ellos ya
estaban matando 70 millones(3)
de indígenas solo en América de un total de la
población mundial que no pasaba de los 400 millones;
si a los anteriores les sumamos los 80 millones de negros
del África que murieron en el océano
Atlántico, debemos suponer que el costo social en
vidas que demandó la invasión colonialista
fácilmente superó los 200 millones, o
más de la mitad de la población mundial en
unos escasos años. ¿Qué clase de broma
era esta la del Dr. Sepúlveda?, ¿Qué
teología de los matarifes fue lo que aprendió
el buen Juan Ginés en las universidades de
Alcalá de Henares y Bolonia? Podemos suponer que eso
de "facilitar la tarea de los misioneros", está
referido a que es más fácil "adoctrinar" al
escaso 10% de los aterrados sobrevivientes, que a todos los
millones de muertos en tamaña "guerra
justa"(4).
"Con perfecto derecho - decía el dominico -
los españoles imperan sobre estos bárbaros
del Nuevo Mundo e islas adyacentes, los cuales en prudencia,
ingenio, virtud y humanidad son tan inferiores a los
españoles como niños a los adultos y las
mujeres a los varones...". Pensaba el curita
aristotélico que las masacres, era asunto de Ley
Natural, e incluso, eran beneficiosas para las
víctimas. Escribe Todorov: "Si alguna vez se ha
aplicado con precisión a un caso la palabra
genocidio, es a éste. Me parece que es un
récord, no sólo en términos relativos
(una destrucción del orden de 90% y más), sino
también absolutos, puesto que hablamos de una
disminución de la población estimada en 70
millones de seres humanos. Ninguna de las grandes matanzas
del siglo XX puede compararse con esta hecatombe".
(Todorov:1987: 144).
Nuevas formas
de violencia racista
Pero tamaña
violencia racista ¿Ya pasó?, ¿Acáso
se habrá extinguido por su propia sangre derramada?
No, esa violencia racista persiste, y es mas, decimos que se
acrecienta bajo nuevas formas y métodos. Esa
violencia racista sigue llamándose la "jihad " de los
musulmanes, el "bombardeo quirúrgico", las bombas
inteligentes de la US Army, la "conquista de las almas" de
la evangelización fundamentalista y la "limpieza
étnica" de los "halcones" de algún país
imperialista.
Y claro que tienen sus
especialistas, como aquel agente de la administración
Bush embajador en Bolivia, su mayor experto en
"separatismos" y "limpiezas étnicas", Philip
Goldberg, que entre 1994 y 1996 fue asesor especial del
embajador Richard Holbrooke, para la desintegración
de la Yugoslavia de Milosevic. Goldberg impulsó y
auspició el separatismo de Serbia y Montenegro y
también fue el "genio" de Kosovo, picaneando y
"aceitando" los enfrentamientos entre serbios y albaneses.
Ahora está en los Andes bolivianos queriendo hacer de
Evo un Milosevic, impulsando la disociación
oligárquica y el racismo blanco, de los
terratenientes dueños de la tierra, de los blancos
propietarios de grandes negocios, de la banca y de la prensa
parametrada. Hace poco en Sucre nos dieron un muy buen
ejemplo de cómo provocar la violencia racista. Ya no
se trata de Hutus y Tutsis en Ruwanda (5),
ahora la cosa es entre Kollas y Cambas en Bolivia.
¿Lograrán los especialistas en matanzas racistas
sembrar la discordia y disociación en el Kollasuyu
boliviano?
¿Por
qué lo hicieron?
¿Alguien
habrá esclarecido, después de más de
500 años de iniciada la ocupación colonialista
europea sobre el resto del mundo, las razones o motivos que
tuvieron los españoles y europeos en general para
hacer las barbaridades de matar a millones de nuestros
antepasados, a nuestros líderes y gobernantes?,
¿Hay ahora alguna respuesta o explicación clara
y convincente de la crueldad desmedida, de esa infinita
pasión homicida que tuvieron cuando invadieron
nuestro continente? Analizar las causas de la violencia
racista será una buena forma de analizar lo principal
de la cuestión de la crueldad y el deseo de asesinar
a tantos humanos. Una respuesta convincente deberá
tener sus raíces en la ontología misma de
occidente, en su cosmovisión y sus formas o maneras
de pensar. No se puede explicar el asesinato de millones de
personas con el solo motivo de conseguir abundante oro, o
poder.
Y hoy pretender
"echarle tierra", "borrón y cuenta nueva". Las causas
de tamaña crueldad y el deseo de matar a tanta gente,
niños, mujeres y ancianos... ¿Es este un
desvarío humano "colonialista"?, ¿Acaso los
europeos perdieron la cabeza colectivamente?, ¿Fue la
codicia solamente? o ¿Será una forma
crónica de locura criminal? No. El motivo principal
siempre fue religioso, el europeo blanco y occidental "no
encuentra a su Dios" en los indios "infieles", por eso los
mata, los despedaza y quema, con tamaña crueldad. La
colonización fue y sigue siendo "una guerra santa de
exterminio total", donde el oro conseguido, es apenas su
"recompensa divina". Pero ¿Qué significa esto en
términos subjetivos y filosóficos?
¿Qué pasa con el alma humana, o con su
corazón, que pueden contentarse con tanta
pasión criminal, sangre, dolor y crueldad?,
¿Porqué su Dios y su conciencia reclaman tanta
sangre inocente?.
Aun así, esta
violencia racista, no es cosa del pasado. Las estimaciones
más piadosas, dan la cifra de un millón y
medio de muertos por la "justicia infinita" de los Bush,
millón y medio de iraquíes muertos como
consecuencias de las sanciones de la ONU. El
Pentágono calculó que, en un ataque
norteamericano sobre Bagdad, morirían 10,000
personas, de las cuales la mitad, es decir 5,000,
serían niños. La realidad ha superado estos
cálculos en Chechenia, en Kosovo, en
Afganistán, etc., etc.
Los
fundamentos de la exclusión
Siempre será
bueno intentar ir a las causas de la enfermedad para
sanarla. No podemos proceder matando al caníbal y
volvernos uno más, no podemos decir: "Muerto el
perro, muerta la rabia".
Intentando ir a la
médula del problema de occidente, diremos que el
llamado principio de la "identidad" o de la "no
contradicción", es el principio ontológico
paradigmático o "ley fundamental del pensamiento"
occidental, fundamentado por Aristóteles, bajo el
principio de que "nada puede ser y no ser al mismo tiempo",
además de ser el principio de "identidad", es el
fundamento de la "filosofía primera" o "principio
ontológico" de occidente, y que esta
"míticamente" personificada en el Dios que dice de
si: "Soy el que soy", así se llame Cristo, Alá
o lo que fuere. Como apuntamos al inicio de este texto, la
propuesta filosófica de Aristóteles, uno de
los fundadores de la cultura occidental no solo se cierra en
si misma y excluye todo lo demás, como "una
oposición que por si misma excluye una vía
intermedia", sino que además , afirma la existencia
de "una sola sustancia o esencia" y elimina la posibilidad
de la existencia de "otra sustancia", al afirmar que en una
contradicción no pueden las partes contradictorias
ser "ni ambas verdaderas" (que es el principio de
contradicción), "ni ambas falsas" (que es el
principio del tercero excluido). Es decir estas son las
bases de la lógica occidental, que parten de una
exclusión primordial, que se convierte así en
el principio de la violencia genética y
sistémica de la civilización occidental. Estos
principios "lógicos", dan fundamento a lo que en
occidente se llama "el ser". Es por tanto una
concepción intolerante y violenta contra lo que se
considere "otro ser", o simplemente "otro".
Esta "racionalidad",
tal vez fue "necesaria" en la humanidad auroral de
occidente, en Grecia cuando había que aislar lo
fundamental de lo accesorio en el pensamiento humano, y
así, tal vez poder ordenar el desarrollo de las
"ideas sobre el mundo", pero con el transcurrir del tiempo
"se les pasó la mano" y lo que solo les servia como
"refugio teórico", lo comenzaron a usar como "ratio",
"medida" o "molde" para tratar de sintetizar y reducir todo
objeto o fenómeno. Estos fueron excesos, como cuando
Leibniz utiliza el concepto de "mónada" para hacer
pasar el principio de la no-contradicción al dominio
de la lógica y por ende, de la matemática y
considerarlos como fundamento de "todas las verdades" y por
tanto de todo el edificio del conocimiento humano; y
más tarde Kant en su "Crítica a la
razón pura" cuando los considera: "principio general
plenamente suficiente de todo conocimiento analítico"
y una de las "leyes fundamentales del pensamiento"; y
Gentile después, como la "ley fundamental del
pensamiento". Claro que todo esto es consistente para el
dominio de un modelo de "lógica de lo abstracto",
puesto que si todo parte de una categoría
axiológica, es decir del axioma aristotélico
del principio de la no-contradicción, pueden simples
tautologías en el cálculo de las
proposiciones, llegar a ser convertidas en "leyes". Pero es
en ese "tramo" o "ratio" cuantitativo donde se da el
"dominio de occidente", por cuanto, se posibilita, por
ejemplo, que un genio como Hegel, encuentre la raíz
de todo "movimiento y de toda la vida" en este principio de
la no-contradicción y como fundamento de su
dialéctica en esta "ley del entendimiento abstracto",
que él la traduce como "la razón especulativa"
o como "raíz" de la dialéctica, resolviendo
"lo demás" con el concepto de "identidad o unidad".
Es decir es la "misma serpiente que gira detrás de su
cola".
El principio
ontológico de la no-contradicción, parte,
pues, de la "contradicción", puesto que si hay
no-contradicción es porque existe previamente la
contradicción; es decir un par de antagónicos
que luchan y en donde "no pueden ser ambos verdaderos, ni
ambos falsos", además de que "nada puede ser y no ser
simultáneamente", y como en términos
ontológicos "lo falso" es lo que "no es"; entonces,
estas premisas parten de una paridad, para inmediatamente
después, anular o declarar a una de las partes:
"falsa", no existente, y la otra autodeclarada "verdadera" o
"existente". Esto es una perfecta auto-complacencia. En
realidad este es un principio del "segundo excluido". Es una
"tautología negativa" si cabe el concepto, pero
resulta contraproducente hablar de una contradicción
de pares, para inmediatamente después anular (o
deglutir) a una de ellas. Y este es el axioma imposible y
caprichoso de Aristóteles; que Hegel "resuelve" con
la categoría de "enajenación" y que los
neoplatónicos antiguos y modernos llaman
"emanación", del que dice "yo soy el que soy...".
Además, ante esta "unidad existente absoluta", que
permite "abstraer" el "ser como tal" de todas las
determinaciones a las que está unido, (¡?) es
decir, aquí no hay ni movimiento, ni tiempo, todo
está "hecho". Nada puede "hacerse", a menos que, esta
unidad que dice "Soy el que soy..." emane "una
creación" a "imagen y semejanza", rompiendo esa
"unicidad del ser" y "cree" así "otra realidad", una
realidad "con tiempo y con movimiento".
Los filósofos
occidentales a esta le han dado el nombre de realidad
"inmanente". Y queda la primera realidad del "Soy el que
soy" como la "realidad trascendente", o el "reino, que no es
de este mundo"; una "primera" realidad que "emana" como
"copia a imagen y semejanza" a una "segunda" realidad que
"es emanada". Esta es la base del platonismo y
neo-platonismo en su plenitud.
Finalmente, esta el
principio del "tercero excluido", como criterio de una
exclusión ontológica, es decir que "nada puede
ser fuera de ese cuadro" en donde aparecen primero dos, para
decir que uno existe y el otro no, y "todo lo demás
es ilusión". Lo peligroso de esta "manera de pensar"
occidental es que la tendencia general lleva a confundir las
"leyes de la abstracción", con "las verdades del
movimiento y de la vida", y la "ley de la
no-contradicción", con la unidad absoluta, o
identidad excluyente, y esta a su vez, con el Dios
Único y Verdadero; y para rematar con El Estado, a la
manera de Hegel. Y no solo es un peligro potencial, sino que
así ha sucedido en la historia; se ha aplicado este
reduccionismo filosófico a todo nivel, especialmente
a nivel subjetivo, creando al "individuo", y su "conciencia
personal" estática y solitaria, que es la base
psíquica de la filosofía occidental. Hemos
intentado en forma resumida, y aprovechando nuestra
"exterioridad" a occidente, y desde uno de los pueblos
indígenas de los Andes, fundamentar y explicar
críticamente y en forma resumida este concepto o
"axioma" occidental, que por su misma definición le
podemos llamar "el principio y fundamento de la intolerancia
y de la exclusión" y por tanto como la razón,
virus mental o germen racista que pudre y enferma a la
globalizada cultura occidental.
BIBLIOGRAFÍA
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Diccionario de Filosofía. Editorial Fondo de
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1987
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Laurette; "Antiguas Culturas Precolombinas". Edit. Siglo
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Québec, Canadá 2004
- Kreimer,
Elizabeth; "El Espacio del Juego en el Encuentro
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la presentada en el Congreso de Espiritualidad Nativa,
Tarapoto, Perú, 1999.
- Lopez
García, Julián y Pitachr Ramón,
Pedro Editores; Lugares Indígenas de la Violencia
en Iberoamérica. AECI, Madrid, 2007
Notas a
pie
1) Jorge Bruce; Nos habíamos choleado tanto.
Psicoanálisis y racismo, Lima, Universidad de
San Martín de Porres, 2007
2) Tenemos muchísimas razones para denominar a
nuestro continente como Andino, (que viene de la palabra
del Runa Simi: ANTI) y no estamos de acuerdo en llamarlo
"Abya Yala", dado que este es un término de una
lengua de un pueblo pequeño, como son los Kunas de
Panamá.
3) Esta cifra
que la hemos tomado de Todorov, coincide - millones mas,
millones menos
- con la calculada por la Escuela de Berkeley.
(Colombres: 1989:15)
4)
Es la misma lógica y patrón cultural de
George Bush cuando dice que su misión es
"diseminar la libertad en el mundo"..., sembrando la
muerte, como en Irak y Afganistán, y luego
sembrando gobernantes títeres "libertarios" que
impongan por la fuerza "la democracia" y la "libertad"
occidentales.
5)
Problema en Ruanda que fue prefabricado por la
colonización belga, que reforzó más
a la etnia dominante: los Tutsis, contra los Hutus. Su
"razón" fue la necesidad de una expansión
colonial consensuada que dividió el continente
africano en zonas dominadas por los países
europeos que reforzaban a unos grupos u otros dependiendo
de sus intereses de dividirlos para
dominarlos.
Emanzipation
Humanum,
versión 9. 2008, son deseables las críticas,
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