El
fin de los partidos
políticos
¿Y
ahora qué?
de
Wolfgang Fischer
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Reflexiones
motivadas por la contemplación
de
un
cartel publicitario
del
SPD (Partido Socialdemócrata Alemán) que
utiliza la siguiente imagen:
Primer
desembarco de Colón (Guanahani, 12 de octubre de
1492) - Grabado de Theodor de Bry (1528-1598),
Fotografía:
AKG
Berlin
Por
muy colorista y sugestiva que pueda resultar la imagen de
los nativos acercándose a sus futuros dominadores y
asesinos utilizada en el cartel publicitario del Partido
Socialdemócrata de Alemania, el mensaje peca de falta
de reflexión y gusto, mostrando una visión
limitada al punto de vista occidental (el SPD compara la
entrada en la era de Internet con el descubrimiento del
Nuevo Mundo por Colón): el grabado nos recuerda el
comienzo de 5 siglos de sufrimiento para las poblaciones
indígenas de todo el mundo. La historia, y no
sólo de los últimos 500 años, construye
sus cimientos sobre la tortura, la violación, el
racismo, la violencia de toda índole, ejercida de
modo especial y más intenso contra las mujeres. Pues
uno de los principales objetivos del terrorismo colonial era
obligar a las mujeres a identificarse con la maternidad
forzada como resultado de las violaciones.
En
un contexto de progresivo reconocimiento de los errores
históricos cometidos a lo largo de la historia de la
humanidad - incluso el Papa ha seguido esta tendencia - no
debería utilizarse una imagen de esta naturaleza como
símbolo de publicitario de la entrada en una nueva
era. En estos casos hace falta una mayor sensibilidad y
también más conocimiento a la hora de manejar
hechos históricos.
A
la vista de los recientes descubrimientos y revelaciones
relacionados con la crueldad del colonialismo ejercido por
la monarquía belga en África, en su tiempo
alabado como un régimen especialmente "humano", somos
precisamente los europeos quienes debemos asumir con
carácter general el error histórico cometido y
tomar conciencia del sus fatales consecuencias para los
pueblos subyugados. Para poder comprender realmente y
asimilar emocionalmente la culpa acumulada
históricamente, las naciones industrializadas
deberían reconocer que la mayor parte de su
desarrollo y riqueza, así como su adelanto
tecnológico ha sido posible gracias al oro robado, la
explotación de seres humanos y el saqueo de recursos
naturales. La tradición de este desarrollo -
denominado también civilización -
continúa actualmente, sobre todo a costa de mujeres y
niños de las clases más humildes de los
países no desarrollados, como demuestra claramente la
feminización de la pobreza o la feminización
de la responsabilidad social a escala mundial.
Si
hoy en día una imagen de este tipo sirve para
simbolizar la entrada en una nueva era, nada bueno nos puede
deparar el futuro. Mientras que una imagen de este tipo no
sea considerada como el símbolo del comienzo de una
larga serie de errores históricos y crueldades,
resulta evidente la falta de disposición o capacidad
para asumir responsabilidades, reconocer culpas y
rectificar.
De
este modo se bloquea el camino hacia el desarrollo de una
justicia universal. El hecho de que en Alemania el SPD, para
granjearse el favor del Capital, se haya subido
también al tren del neoliberalismo contribuye a
mantener e incluso reforzar los conflictos potenciales.
Cegado por los supuestos éxitos de su colega
británico, el canciller Schröder parece no darse
cuenta de que, para la mayor parte de la humanidad, dicho
tren supone una marcha atrás. Poco a poco, a lo largo
de este viaje, muchos de los logros sociales alcanzados en
dura lucha durante los últimos 100 años
están desapareciendo, siendo vendidos o, simplemente,
tirándose por la borda como si fueran lastre.
Evidentemente, estos logros habían sido concebidos y
establecidos mayoritariamente en beneficio de los
trabajadores asalariados. Si las mujeres llegaban a
disfrutar de tales beneficios sociales, lo hacían en
calidad de variables dependientes del ciudadano liberal o
del proletario socialista, respectivamente.
La
supremacía política sacrifica la integridad
social y ecológica en aras del incremento de
beneficios del Capital. Se comete así un flagrante
genocidio, ya que a causa del hambre y las privaciones la
mayoría de la población mundial se ve abocada
a una muerte lenta, pero segura. La naturaleza perversa de
este tipo de desarrollo, fomentado incluso por los gobiernos
de signo socialdemócrata, pone de claramente de
manifiesto las mentiras de la política.
La
traición cometida por la Alianza de los Verdes
alemanes respecto a su propio programa resulta igualmente
deplorable. Resulta una monstruosidad, teniendo en cuenta
que sólo está motivada por el logro de
prebendas.
Los
partidos, como parecen demostrar también los
recientes escándalos sobre gastos y
financiación, ya no pueden considerarse como
portadores de la esperanza en una política de
orientación progresista.
Por
su afán de consolidarse en el poder a costa de una
agonizante democracia, debido a la pérdida de
autonomía individual del ciudadano liberal o del
proletario socialdemócrata, resulta evidente que han
fracasado en su misión histórica y que los
seres humanos afectados, sobre todo las mujeres,
deberán preocuparse por crear formas alternativas de
organización y articulación
política.
Por
eso es importante que surgan nuevas formas de
organización de la sociedad civil. Gobiernos de
diferente índole apenas dedican esfuerzos a proteger
a los ciudadanos, al contrario, se han especializado en ir
allanando el camino al Capital, eliminando todas las
barreras destinadas a proteger mayoritariamente a los
ciudadanos masculinos y el bienestar general, como quiera
que se defina, de la insaciable voracidad del dios
Dinero.
Gracias
a los medios de comunicación, las guerras se
escenifican en la actualidad como piezas teatrales, incluso
se las denomina "humanitarias" y se justifican en nombre de
la salvación de la civilización y la cultura.
La verdad se tergiversa en beneficio de la Propiedad
privada. Se miente, manipula y engaña descaradamente:
cada día de guerra se derrochan intencionadamente
sumas ingentes en bombardeos. La gran industria
armamentística se regodea satisfecha, la denominada
reconstrucción forma parte de la lógica de
maximizar las ganancias, parece ser un componente inmanente
de la estrategia de la Propiedad privada.
Esta
política de muerte y destrucción debe
combatirse con una filosofía de la vida. Todos los
seres humanos conscientes y vitalistas están llamados
a oponer resistencia a un sistema político que, de
forma abierta y evidente, antepone los intereses del Capital
a las necesidades de una convivencia social pacífica.
A la vista de estos hechos, adquiere una
significación aún mayor la actitud disidente
defendida por la politóloga feminista Claudia v.
Werlhof. Esta actitud disidente consiste, ante todo, en una
cultura de activismo político de carácter
antipatriarcal, es decir, carente de relaciones de dominio.
Su objetivo es superar las divisiones (divide et impera! -
¡Divide y vencerás!) auspiciadas por la
política convencional, la religión y la
tradición, en pro de un verdadero humanitarismo y una
integración colectiva.
En
este contexto, resultan realmente positivas las
posibilidades que ofrece Internet para una rápida y
amplia difusión de información al margen de
los principales flujos de comunicación controlados
por el mundo de las finanzas. Este tipo de
información, silenciada en los medios de
comunicación cotidianos, puede contribuir a fomentar
una ideología caracterizada por la ausencia de
relaciones de dominio y una conciencia global de
responsabilidad hacia nuestros congéneres, el medio
ambiente y el futuro.
Mediante
una red horizontal de información, la
civilización del futuro podrá crear un medio
en el que florezcan alternativas a las desoladas
perspectivas de futuro existentes en la actualidad. A
través de ese plano horizontal, se irá
desarrollando una actitud solidaria de reciprocidad y
cooperación a escala mundial que pondrá fin al
fatal juego del "Hazte rico", mediante la simple renuncia
consciente a formar parte del mismo.
Entonces
haremos un uso respetuoso de los dones de la naturaleza, de
la que formamos parte, en beneficio de las generaciones
futuras. Del mismo modo que la naturaleza usa sus propias
leyes para que, por ejemplo, el agua del subsuelo llegue
hasta las hojas de los árboles más altos,
podrá la sociedad mundial usar su potencial
tecnológico y sus logros en beneficio de todos sus
miembros. Pero esto sólo será posible cuando
que hayamos eliminado todo su potencial destructivo,
liberando a esta sociedad del yugo del afán de lucro
en pro de una actitud solidaria y fraternal.
.
(versión
inglés)
(versión
alemana)
La
influencia de la sociedad de la información en el
mercado laboral, Revista Der Spiegel del 13.3.00,
pág. 142 - 143
"Para descubrir viajó muchos años por el
mundo. Nuestros escolares no necesitan para eso más
que pasar la mañana en Internet."
Emanzipation
Humanum,
Versión 12. 2000. Serán bienvenidos los
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