Reflexiones y Perspectivas acerca de las condiciones necesarias para
El cambio paradigmático actual: humanizar en vez de civilizar*
por Wolfgang Fischer traducción del inglés por Penélope Herrera Arango, Translations For Progress
versión pdf versión inglés versión rusa versión alemana versión fancesa versión italiana
Prefacio: significado profundo y efecto de las palabras En provecho del surgimiento de una humanidad pacífica resulta de gran utilidad ser siempre precisos. Exactitud al usar conceptos o palabras como "patriarcado, matriarcado, anarquía o acracia" ayuda a evitar confusiones al tiempo que resta ambigüedad a las perspectivas. No encuentro un mejor ejemplo que el presentado por la palabra anarquía. Su significación, fuertemente arraigada en el subconsciente colectivo, evoca imágenes de un caos incontrolado, en donde la única esperanza es la restauración del orden a través de un gobernante que represente un poder central. De esta premisa se derivan muchas de las formas de poder conocidas por la humanidad: patriarcado, jerarquía, monarquía, etc. Este hecho es ampliamente aceptado y, a pesar de ser un camino trillado, se ha vuelto legítimo con su inclusión en diccionarios y enciclopedias. No obstante, al profundizar en el análisis histórico y etimológico de su origen, se revela una faceta completamente distinta de su verdadero significado. La palabra anarquía no proviene de la raíz "árchos" (ἀρχός), que significa jefe/soberano, sino de la raíz "arjé" o "arché" (ἀρχή), que a su vez significa origen, comienzo, vientre o principio. En este sentido, una etapa ideal de creatividad natural y reproductividad del género humano se basa en la interacción deliberada y gozosa entre los sexos, así como entre todos aquellos sectores de la sociedad involucrados. El mayor obstáculo para la plena realización de este paradigma es la tensión primordial - dolorosa y destructiva por naturaleza - entre los órdenes coercitivos creados por el hombre y la simple existencia del genuino potencial natural. La miseria de la historia es una de las consecuencias directas de esta aberración del desarrollo de la humanidad. Volviendo a la idea primera que nos ha traído a este punto, un tratamiento preciso de los conceptos nos guiará hacia una acertada definición de nuestra propia orientación en la vida como comunidad humana. Este argumento nos conduce pues a la comprensión del concepto de "acracia” - (pα- (prefijo de negación) and κρατία, kratía - autoridad, dominio, fuerza, poder) - que, en su legítimo significado de “sin dominio”, se revela como el término ideal para aquellas condiciones sociales en las que la ausencia de dominio es producto de una elección colectiva por otras formas de organización más apropiadas, autónomas y “reales”. La sociedad matriarcal es por antonomasia la sociedad acrática, la sociedad no-violenta por excelencia.
Aprender a entender las causas raíz de la crisis actual de la humanidad Un profundo entendimiento de la crisis actual de la humanidad y de sus causas raíz es un paso que inevitablemente debemos tomar para así superarla con nuestras mejores estrategias de supervivencia. Un análisis en profundidad de las doctrinas capitalista y comunista pone de manifiesto que, a pesar de sus esfuerzos por refutarse mutuamente a través de un interminable y costoso choque ideológico, en realidad son instrumentos de una denominación patriarcal común que ha extendido y perpetuado su alcance antinatural hasta el día de hoy. Ya que esta circunstancia no ha sido abordada con propiedad por las corrientes predominantes de la ciencia, una discusión mucho más amplia e interdisciplinaria se hace necesaria y vital para poder hallar salidas a la amenaza de la auto-extinción de la humanidad.(1) Éste es el momento adecuado para comprender la total envergadura de nuestra situación, pues el impacto del estilo de vida de la civilización predominante ha llegado al punto de amenazar las condiciones básicas para la vida. Este propósito no puede ser cumplido a cabalidad sin una trascendencia y disolución absolutas de todos los dogmas ideológicos y religiosos que han limitado nuestras mentes a lo largo de la historia humana. De esta manera, al liberar nuestro enfoque mental de aquellas concepciones egocéntricas, habilitamos un acopio más amplio de visiones auténticas de mundo que, de manera efectiva, son capaces de convertir nuestra habilidad, motivación y acción en sociabilidad creativa, soñada ya por la humanidad desde hace milenios.
Al agotar una y otra vez
¿Qué ideas y patrones de comportamiento hasta hoy día han hecho imposible la realización de la Paz Global? Mientras que autoconcepciones disgregantes como el egoísmo y el nacionalismo prevalezcan, la esclavitud de los moradores de estos marcos mentales será la directa consecuencia. Un corolario a esto es la alteración de los balances naturales y creativos a través de una maniobra de explotación, típica del patriarcado y de los sistemas capitalistas y socialistas actuales. El así llamado "proyecto democrático de libertad" de estos sistemas se contradice descaradamente, en cuanto que sus órganos principales - las élites políticas y eclesiásticas -, al modo de un parásito, sacan un beneficio ilimitado por medio de una doctrina verticalista. En verdad ya no se necesitan tiranos - de acuerdo con lo ya dicho por Kurt Tucholsky - para mantener a las sociedades del globo en su curso de destrucción corporativa. Doctrinas, como por ejemplo la naturaleza es cruel y la gente es mala; “el bien y el mal” son insuperablemente naturales; las guerras siempre han existido y siempre existirán; uno tiene que crear su propia suerte; la mujer había someter al hombre, etc., se han anclado profundamente a lo largo de una tradición milenaria en la mente humana a base de asunciones básicas.(2)(7) Semejantes nociones están todavía presentes en gran parte del planeta y revelan un fundamentalismo obsoleto, expresión de una madurez humana aún deficiente y su impacto perjudicial en las posibilidades de supervivencia de la humanidad. La naturaleza no tiene una voluntad asesina; la sociedad humana, en su faceta violenta, es propensa a sucumbir a un impulso homicida por el beneficio de intereses secundarios como la riqueza o el poder. Asimismo, el cinismo es una invención humana. La presunta crueldad de la naturaleza no es otra cosa que una interpretación errónea de un orden creativo que existe por el bienestar de todo el planeta y más allá. Desde el mismo principio, la vida en su totalidad habría estado condenada a la extinción si cada miembro del proceso evolutivo no hubiese estado obligado a seguir, genética o instintivamente, las leyes inherentes que alimentan los balances naturales y que han conducido a la evolución a alcanzar un clímax preliminar con la ruptura de estos balances naturales. Necesitamos enfrentar el hecho de que esta ruptura ha sido la directa consecuencia del surgimiento y subsecuente supremacía de sociedades violentas e insosegables.(3) En contraste, los pueblos indígenas no violentos del mundo han probado tener - hasta el momento actual - una comprensión profunda y confiada de la Naturaleza. Antes de que fueran masacrados - con la excepción de algunos pocos sobrevivientes - por la civilización patriarcalmente (des)orientada, su voz, independiente de tiempo y lugar, nos advierte: El modo de vida del "hombre blanco" destruye su propia existencia. Arraigados en la interrelación de los seres y gracias a un profundo sentimiento de empatía, estas comunidades han sido y todavía son capaces de discernir entre el dolor y la verdadera alegría, entre realidades autosostenibles e ilusiones devoradoras, entre destrucción y creatividad. Por virtud de su naturaleza, más bien prefieren rechazar el peligroso progreso técnico, sin importar qué tan favorable sea el impacto que éste pueda tener en las vías naturales de la vida. Anteponen, por lo tanto, aprender de la naturaleza "a partir de un flujo de información flexible y ascendente" con el objeto de copiarla en vez de destruirla .(4) No se puede seguir negando que la actual crisis de la civilización moderna es una mera consecuencia de su propia aberración, causada por una conducta caníbal y destructiva de la vida que se extiende desde el nivel personal hasta el comportamiento de grupos sociales y naciones-estado.
Cuando el hombre deja de estar determinado por su espíritu innato
¿Por qué razón exacta la humanidad ha llegado al borde del abismo de la extinción? En lo que respecta al Cristianismo - otra mentalidad pervertidora - la noción de “pecado original” merece un detenido análisis por cuenta de sus consecuencias (auto)destructivas.
Para ilustrar mi tesis, describiré dos diferentes opciones en la manera de tratar con los dones de la vida, los frutos proverbiales del árbol del conocimiento. En primer lugar, una vía que, de manera irresponsable, se aparta a sí misma de la naturaleza y quebranta deliberadamente con la interrelación de la totalidad para terminar en el apocalíptico abismo de la decadencia social, ecológica y espiritual. En segunda instancia, una vía que, gracias a la constante retroalimentación sensible entre ser y conciencia al interior del marco natural, es capaz de participar activamente en un desarrollo continuo y bien balanceado hacia el futuro.
A lo largo de los siglos, una gran colectividad ha dedicado todas sus energías
La vía perversa Cualquier orden social basado en la dominación y la opresión se opone a la organización natural, creativa, caótica y diversificante de la evolución. Éste tipo de orden alcanza el progreso por medio de la amenaza y el castigo: por un lado, usando violencia real y, por el otro, prometiendo una ilusoria libertad ilimitada. Tal progreso se origina a partir de conceptos humanos defectuosos que han sido básicamente moldeados por el patriarcado. Tal progreso se ceba en la obstrucción y desviación de la vitalidad - incólume flujo de energía viviente - y también en la destrucción de la diversidad natural, unidad e integridad cósmicas, alterando así sus pilares fundamentales, los balances universales de la dinámica y las polaridades complementarias.(5) A lo largo de miles años, el apoyo violento al yugo de los órdenes jerárquicos ha solidificado los sistemas de creencias imperantes hasta volverlos intrínsecos a la sociedad humana de tal manera que, a pesar de los históricos esfuerzos de emancipación e iluminación, siguen siendo para la gran mayoría el eterno status quo: desproveído de alternativas, normal y supuestamente natural. Mientras que un gran número de personas pasa por alto la obstrucción y destrucción del fundamental orden natural, otros incluso llegan a aprobarlas favorablemente. Los procesos de aprendizaje que la naturaleza ha designado para concientizar sobre una auténtica realidad son objeto de una falsificación que obedece al interés por perpetuar este orden dominante, mientras que el arte de la adulteración es presentado como política vanguardista. La orientación que podría conducir a un logro del bienestar general es desdeñada, ridiculizada y sacrificada en beneficio de la extracción impune de todo recurso asequible, a costa de sus desproporcionadas repercusiones y desventajas. Una vez más, cualquier otra alternativa es suprimida. Insisto en que un reconocimiento de la urgencia y abrumadora dimensión del estado global de zozobra - originado por este nocivo modus vivendi - puede dar a todos los seres pensantes, en cualquier momento, razones para romper las leyes y costumbres que les son hostiles a la vida. Una y otra vez, aquellas personas que, marcadas por la repetitividad de la Historia, se oponen a las peligrosas ilusiones de los órdenes dominantes y se niegan a traicionar la vida o la naturaleza, son perseguidas. No obstante, si para cuando este estado de zozobra alcance el clímax no hay alguna señal de éxito por parte de esta juiciosa actitud, entonces el desvanecimiento de la humanidad será algo certero.
Si bien el consumo de sangre humana o carne, en cualquiera de sus modalidades,
La salida: vía natural y evolución del ser La vía alternativa asume que las ganancias individuales de los frutos del árbol del conocimiento son en realidad propiedad colectiva, simplemente por la pura intención de sobrevivir y el amor natural por la vida, actitudes ambas que mantienen el bienestar del medio ambiente de la Tierra: El Jardín del Edén. Aquí la alegría y el dolor son aceptadas como fuerzas de guía efectivas que, junto con el proceso natural de aprendizaje, conducen hacia una orientación clara por medio de mapas conceptuales auténticos(6); en la ausencia de intereses foráneos, el flujo libre de información en las áreas receptivas del cerebro en maduración ya no es susceptible de ser obstruido o falsificado. Entre más pronto una experiencia sin adulteraciones o restricciones surja en la vida de cada uno, más grande será el potencial de aprender a partir de una orientación sensible y ascendente que enseñe la lección de la vida con un costo muy bajo de dolor y destrucción.(7) La vida permanece orientada, siempre flexible, hacia la integridad de la totalidad. Al considerar continuamente la subsistencia de la totalidad, se asegura un consecuente desarrollo natural y una diversificación de la vida con todas sus posibilidades, habilidades y frutos en la abundancia del Jardín del Edén. La viabilidad del surgimiento, afianzamiento y celebración de una religión verdadera y global - constituida en su forma más pura por la cultura humana y natural - depende de nuestra habilidad para considerar de manera general su esencia, plena de significado y propósito. Si la humanidad desea sobrevivir, debe adoptar una cultura planetaria capaz de continuar las tradiciones indígenas a través de la promoción de una conducta social y ecológica que pueda evitar el daño al medio ambiente. Sin embargo, ya que la raza humana - en comparación con los reinos vegetal y animal - no ha sido dotada por la genética o el instinto con una conducta de apoyo a la vida, es un deber para los seres humanos aprender tal comportamiento en pos de su propia supervivencia. Es por eso que una reeducación de la conducta es una necesidad imperativa para dar este paso adelante. Sería en realidad un segundo renacimiento el logro de una cultura global que continúe la tradición de la creatividad genética al tiempo que pueda conservar los principios demiúrgicos que la alimentan. Esta cultura representa la extrema antítesis del liberal modo de vida actual, consumista y destructivo, que ha sido celebrado fatalmente con el nombre de globalización.
¿Cuáles son los prerequisitos mentales para la restauración de la viabilidad de la vida? Constitución social, ecológica y espiritual del ser natural Partiendo de la suposición de que todos los participantes de la vida están vinculados por una fraternidad celestial, la imposibilidad de alcanzar un estado más ideal es patente. La naturaleza está perfectamente organizada y se desarrolla de acuerdo con su totalidad creativa inherente. Todas las cosas en el cosmos están vinculadas por la conveniencia de su propio bienestar. La cualidad creativa de esta condición vital materializa, por una parte, la creciente diversificación de sus estructuras físicas y de los organismos que moran el mundo exterior y, por la otra, realiza responsablemente al desarrollar posibilidades y habilidades - constantemente reflejadas en los mundos interiores espirituales - cuya viabilidad es reasegurada o descartada a través de una experiencia genuina al interior de la existencia, en la interacción y unión de ambos mundos. Este modo de vida prospera con la permanencia en un medio feliz. Tan sólo la intención libre de los humanos trae desmesura a este contexto, humillando la vida hasta el punto de su amenazante destrucción.(8) En el contexto de la realidad sociopolítica, moldeada opresivamente por la historia patriarcal, el amor por la vida es la única herramienta capaz de transformar esta cínica faceta de la realidad en otra distinta, modelada sensitivamente por las necesidades del momento. El rumbo de esta transformación se encamina hacia la verdadera humanidad; es emancipatoria y conduce a la humanización desde la raíz local hasta el plano global. Más allá del enfoque de las obsoletas teorías políticas - que nunca cuestionan a la dominación como tal y están solo interesadas en su propio lucro - y los postulados religiosos - que en su negación de la divinidad individual han puesto en peligro a la vida - yo propongo un método que parte de un profundo examen de la psique humana. Bajo esta perspectiva, debemos empezar con una pregunta profundamente compleja: ¿cuáles son las enigmáticas condiciones y relaciones que en vez de fortalecer la concienciación y la responsabilidad por el paraíso otorgado en la tierra prefieren involucrar la presteza popular para crear pavorosas realidades? Se me hizo obvio que estas condiciones son todas las orientaciones culturales y espirituales que, por una parte, son experimentadas bajo la influencia de factores naturales (clima, geología, cosmos)(3) y, por la otra, son generadas como factores humanos (intención, libertad de elegir) que representan los parámetros básicos para el desarrollo individual y, en una escala mayor, el de la sociedad. Se puede dar el caso afortunado de que este desarrollo ocurra en sincronía con las líneas de una genuina orientación hacia las leyes naturales, cuyo fin último es el proceso vitalicio de aprendizaje y experiencia de cualquier individuo con plena voluntad de verse envuelto en la realidad cósmica; de esta manera, estas condiciones básicas se mantienen beneficiosas para la naturaleza. Estas condiciones son matriarcales, indígenas, divinas, creativas, cooperativas, completas y saludables, dedicadas a y limitadas por la vida. La vida como tal es liturgia (λειτουργία leiturgia ‚servicio publico‘) - “minka” dentro de la cultura andina -, llena de gloria y abundancia. Alternativamente, si el caso afortunado fuese objeto de una sustitución en la que orientaciones forzadas e instruidas se dirigen predominantemente hacia metas imaginarias y supuestos en cuyo nombre la naturaleza, la sua diversidad y integridad son sacrificadas; hacia pautas metafísicas que supuestamente pueden llevar más allá de la posibilidad física - como caminar en el agua o el nacimiento de una virgen; todas las cuales niegan un orden cósmico al construir y creer en órdenes arbitrarios. Semejantes órdenes, en los que civilizaciones violentas echan raíz, se alían principalmente en pro de las ventajas que puedan tener para algunos a pesar de las costosas desventajas para todos los otros; son antinaturales en esencia, despectivos de la vida, parasíticos, disgregantes y marcialmente dedicados a la destrucción. Obviamente, estas condiciones conducen hacia una degeneración de la Vida: por virtud de meros delirios así engendrados, la gloria y la abundancia de la vida son "alquímicamente” transformadas de una drástica manera en perversidad y pobreza.(9) Todas aquellas personas que se han hecho conscientes del orden creativo subyacente deberían levantarse y contribuir a la creación de condiciones culturales dedicadas a la supervivencia. Necesitamos disipar las nieblas y sombras de aquellas erróneas y limitadas filosofías vitales, nociones religiosas, políticas e ideológicas y concepciones del hombre que no hacen sino ignorar la cultura que ha mantenido a la sociedad desde tiempos inmemoriales y que servirá a futuras generaciones.
Los niños son un buen comienzo La Paz en la Tierra sería un destino realizable si las sociedades dejaran de destrozar a los niños y atendieran conscientemente a su más grave defecto: la atrofia sistemática de la infancia. Es en realidad un hábito violento y ya caduco la manera en la cual niños extremadamente sensibles son adiestrados para no sentir alegría o enceguecer el dolor, entorpeciendo así lo que está destinado a ser una enseñanza del proceso de aprendizaje genuino. En consecuencia, estos niños no son capaces de aprender las dos caras de la experiencia: qué tan satisfactorias pueden llegar a ser las opciones seguras y qué tanto puede llegar a costar el error. Es un hecho comprobado que en la más tierna etapa del desarrollo (0 a 3 años) los padres, la sociedad y la cultura, por medio de un modelo educacional ascendente, son responsables de asegurar que sus hijos no se conviertan en adultos inconscientes y desprotegidos, víctimas de los mapas jerárquicos de reificación, propios de las tradiciones autoritarias.(6) Mientras que nuestros niños sean formados con miras a sacrificar la vida en beneficio de intereses secundarios, difícilmente llegarán a conquistar la facultad de ser fiables y de rendir cuentas de acuerdo con una madurez humanitaria. Es precisamente esta fase en la cual la humanización de la sociedad, las formas empáticas de vivir, la solidaridad y la paz se presentan imposibles. Es por esto que culturas creativas reconocen, como requisito primordial, la oferta ilimitada de oportunidades y espacios concretos para que los niños experimenten la vida en una atmósfera libre de miedo y sospecha. La curiosidad inocente mantiene la mente de cada niño abierta y sensitiva de tal manera que, a través de una experiencia única y sin trabas, se le da cabida a él o a ella para que permanezca enfocado en su propia maduración autónoma, al interior de la matriz de la vida. Los correspondientes procesos de verificación neuronal han sido asociados con la relajación y los procesos regenerativos del sueño y el letargo. Es por esto que dormir regularmente no es para nada extravagante. Por el contrario, es fundamental para un desarrollo saludable, el cual depende naturalmente de un alinearse con la experiencia creativa de la evolución. El ajustarse individualmente a un propósito y creatividad globales hace parte de una trascendencia vital que pone de relieve la importancia de la meditación y de otros métodos y tradiciones para inducir el trance. La eventual conjunción coherente, gradual y festiva de las habilidades racionales y emocionales del niño en crecimiento está destinada a evolucionar hacia una prudencia auténtica, empática y bien balanceada, acompañada del poder de amarse a sí mismo y a otros. A través del aprendizaje, comprensión y trascendencia de la realidad - tal como es, con sus múltiples facetas interiores y exteriores - la resonancia entre razón y sentimiento surge, dando paso a la inteligencia emocional(10) y a un amplio espectro de responsabilidad, cara a cara con la luz divina de las fuerzas creativas del universo.(11)
La Diversidad vuelta Armonía a través de la Resonancia Nosotros, la raza humana, hemos llegado por fin al punto de cosechar las consecuencias de las acciones que, de acuerdo con lo expuesto en este análisis, se derivan de una desorientación radical y elemental manifiesta en las concepciones y proyectos sociales de la corriente dominante: acelerado crecimiento de la riqueza y de su naturaleza ilusoria y fetichista; cautiverio en la red de tensiones entre el bien y el mal - que en la Literatura Védica se conoce como el campo de batalla de Kuruksetra - y, finalmente, una inmersión consciente en el círculo vicioso de esta dantesca rueda de molino global. Este podría ser el panorama más apabullante que la raza humana haya encarado jamás si no generamos soluciones a través de la optimización de nuestro comportamiento hacia el logro de la dignidad y el respeto por la vida, para así ahorrarnos pérdidas y destrucción mientras que preparamos un nuevo comienzo para generaciones futuras. En el esfuerzo por conseguir la mejor autenticidad y coherencia posibles en el seno de la realidad universal del Ser, generamos oportunidades de resonancia y alineación con las fuerzas creativas del universo. Una vez re-conectados con los espíritus creativos, retomaremos nuestro rumbo hacia un mejor futuro con el resto de la naturaleza la cual, debido a sus ligaduras genéticas, siempre ha estado en ese camino. El don especialmente otorgado a la humanidad, nuestra libertad de elección, hallará su contrapeso al ser delimitado por una cultura creativa que continúe la tradición de la creatividad genética. Una vez materializadas en el plano global, tales culturas ofrecen integridad, sanidad y razón al perpetuar la seguridad y la certidumbre planetaria mediante vías naturales.(14)
Una vez re-conectados mentalmente con el Espíritu Común de la Vida,
Más y más gente, de toda la gama de estratos sociales, se concentra en este objetivo, el cual representa el proceso de emancipación de la humanización. En la vida cotidiana esto también significa una pugna con la destructiva y dañina montaña de culpa que, de acuerdo con lo ilustrado arriba, se ha acumulado en la historia por la dominación del “hombre blanco” y no puede ser ya ignorada sin causar consecuencias aún más destructivas para el entorno social y ecológico. Esta montaña de culpa, - símbolo dominante de las innumerables circunstancias y condiciones creadas por el hombre - necesita ser reconocida, trascendida y de hecho disuelta, con el objeto de consumar una visión concreta tanto de lo que podría representar una buena vida, una sociedad pacífica y una sociabilidad global como de los pasos necesarios para llevarlas a un término real. Esta visión va más allá del nihilismo moderno y desenmascara su fundamento ignorante, criminal, obsceno y, en un profundo sentido, suicida.
¿Qué hay por hacer? Tomando como punto de partida una comprensión integral y un reconocimiento de esta precisa imagen de pasado y presente, esclareceremos nuestra perspectiva en el espacio terrestre del Común Global, el paraíso mencionado en las narrativas sagradas. Con la perspectiva ya clara, despejaremos el camino para el surgimiento de la vergüenza y el deseo de compensar y no sólo de arrepentirse, incluso por el lado de aquellos que han obrado mal. A partir de una compensación real evoluciona entonces el deseo de víctimas y desfavorecidos a reconciliarse y perdonar, lo que constituye otra precondición para superar el deseo de venganza de los desesperados, gracias al establecimiento de un nuevo ámbito en donde la certidumbre se desarrolla constantemente y la esperanza es propagada. A partir de esta visión y entendimiento, la Fuerza de Transformación General y Sanación fluirá desahogadamente. Es un hecho histórico que individuos y comunidades, en el transcurso de su tiempo vital y sus procesos de aprendizaje y maduración, han llevado a efecto el poder del amor dentro de sus respectivas culturas. Ya es hora de que le abramos paso a este poder para que se desarrolle al interior de todas las culturas de la humanidad. Si la humanidad desea brindar un entorno armonioso a la infancia, entonces el mundo adulto debe privar a la violencia de sus opciones: así, se compensará completamente la injusticia social y el desequilibrio ecológico al objeto de preparar el camino hacia una genuina reconciliación en el seno de la familia global y la naturaleza. Relaciones en resonancia aquí se caracterizan por personas que saben escuchar y dialogar en empatía y que ponen en práctica actos cuya naturaleza prudente es la regla y no la excepción. En oposición al engañoso eslogan de las élites dominantes del globo: ¡No hay alternativa!, formas completamente distintas de organización social surgirán de estas condiciones y permitirán que la dimensión social se alinee con el entorno natural, su diversidad, alegría y abundancia, haciendo posible que la vida humana sea valiosa, segura y armoniosa en cualquier lugar. ¡Más allá del patriarcado, capitalismo y modernidad siempre está y ha estado la opción de un ser espléndido! ¡Tenemos la opción del Sumac Kausay dentro del Bien Común!(15) ¿Qué estamos esperando?
"Vasudhaiv Kutumbakam"
Epílogo: Lazos y vínculos que rompen la esclavitud Todos sabemos muy bien cómo los “imperios” han mantenido su unidad con el uso de la violencia. Asimismo, hoy por hoy sabemos bastante bien las devastadoras consecuencias que, a largo plazo, han sido provocadas por esas formas de organización social basadas en la violencia. No obstante, tan sólo algunos pocos son apenas capaces de siquiera imaginar la posibilidad de una cohesión social más amplia que no se apoye en el uso de la violencia, libre de estados, libre de todos los instrumentos de poder paternalistas y subordinantes, ya sean sistemas democráticos o tiránicos. A la larga, el efecto de alienación es siempre el mismo. La gente suele olvidar sus orígenes naturales y los modos de vida autosostenibles, hecho que tan sólo acrecienta su dependencia de las exigencias del sistema. Tomemos por ejemplo la toma de Suramérica, que ha sido definida con el eufemismo “La Conquista de América". Fue tan sólo necesario un corto lapso de tiempo para que europeos armados atacaran salvajemente a sangre y fuego el continente entero, acabando con la vida de millones de individuos y reemplazando sus culturas no-violentas y economías autosostenibles por el modo de vida europeo. La diferencia significativa entre las "colonizaciones del hombre blanco, sus holocaustos y guerras incesantes” en todos los rincones del planeta, y las catástrofes naturales como terremotos, erupciones volcánicas e inundaciones va más allá del hecho de que las primeras han sido causadas por la mano del hombre, pues, en beneficio del sistema económico dominante, se han efectuado como una inescrupulosa explotación que no sólo hace parte del ayer de las colonias, sino que persiste hasta hoy día. El extenuante efecto que ha tenido esta explotación no solamente se dirige a las condiciones naturales y a la población en general, sino que también minimiza el potencial intrínseco de sanar, debido a la insensibilidad de los vencedores hacia el sufrimiento, dolor y, en miles de casos, muerte de las víctimas doblegadas. Esta discriminación de la cruda verdad es ejercida de forma sistemática, al crear disonancia y dar lugar a una confusión mental y emocional generalizada. En consecuencia, este descentrarse de los balances que sirven de soporte a la vida, si acaso percibido, es aceptado como inevitable. Es hasta ahora que venimos a experimentar y pagar las consecuencias globales. La Alienación Humana se confirma a sí misma con el hecho de que muchas personas no quieren darse cuenta de las causas y efectos de la situación en actual deterioro y, por lo tanto, no hacen mucho para evitarla. Carentes de una orientación saludable, prefieren culpar a chivos expiatorios ficticios y sucumbir a la xenofobia, el racismo, la hipocresía, el victimismo, la adicción, la ansiedad y la paranoia. El resultado es la constitución emocional del Complejo de Mártir, que impuesto a la fuerza por los respectivos supuestos religiosos y temores azuzados por los medios de comunicación dominantes, le da cuerpo, por un lado, a un estado depresivo y a un servilismo propio de esclavos, y, por el otro, a una arrogancia hiperactiva. Eventualmente, ambas direcciones tienden a solidificarse, empeorando aún más la alienación que les subyace. Otro síntoma importante de alienación se manifiesta cuando la población empieza a extraviarse en las trampas del "individualismo". El individualismo moderno es objeto de una exacerbada celebración, hasta el extremo de que la gran mayoría no percibe el aislamiento como su consecuencia nefasta. Este individualismo moderno, enfatizado como "egoísta", claramente se opone al preciado valor de una individualidad autónoma que sí reconoce el ser interdependiente al interior del contexto cósmico y, con ello, la participación que tiene en su diversidad. Aún así, a muchas personas les cuesta reconocer el evidente conflicto entre un individualismo falsamente priorizado y la tediosa conformidad y monotonía del modo de vida imperante, presentado como tal por los canales comunicativos del sistema. El aburrimiento y la frustración entonces se convierten en fuentes de avaricia, crimen, y la ya consabida multitud de debilidades humanas. De ahí que el individualismo sea usado apenas como un instrumento de la destructiva política divide e impera. En las páginas anteriores, se ha discutido ampliamente que la raza humana en especial depende por completo de un contexto social creativo que aún no ha sido construido. Tan sólo interrelaciones sociales gratificantes tendrán más probabilidad de posibilitar la supervivencia de la unión creativa de los individuos, en otras palabras, “la tribu global”. Entonces ¿por qué no estudiar valientemente formas alternativas de vida que la historia nos ha brindado y que todavía existen por fuera del marco ideológico del más reciente engendro del patriarcado, que obedece al nombre de “modernidad”? Hoy, más que nunca, la apremiante necesidad de unión y coherencia mental y espiritual de las visiones de mundo y narrativas personales con las condiciones de la naturaleza y necesidades ecológicas y sociales se hace evidente; da sustancia a la inteligencia emocional de la madurez humana, que posee la fuerza para liberar sinergias pacificadoras y sentimientos de unidad con una fortaleza evidente. Así, de una manera sencilla, la cohesión se abre a la vida sin requerir la violencia. Enmarcados dentro de estas condiciones sociales creativas, la cooperación cobra el sentido de un nuevo comienzo de la alegría y la prosperidad, las nociones de clase y propiedad desaparecen, la familia como tal y la responsabilidad que ésta conlleva no se confinan exclusivamente a la monogamia, la cohesión armónica de los “ayllús" - las unidades básicas de la sociedad Andina - se caracteriza por el apoyo mutuo y el intercambio a lo largo y ancho de toda la confederación, el compromiso para mantener y continuar el mundo así originado es la justa remuneración para el individuo, la sociedad y sus confines, tan lejos hasta donde la comunicación pueda llegar y sea aceptada. Por virtud de esta comunicación abierta, el libre y multifacético intercambio de información apoya y conserva este espíritu (de amor) que unifica y empodera; siempre y cuando, por medio de la afirmación mental, se le permita a este espíritu surgir y ser efectivo por medio de un actuar y un obrar recíprocamente positivo. Los chaskis, veloces corredores que llevaban mensajes a lo largo del Tahuantinsuyo, son lo que representa la Internet hoy, aunque sin las fatales consecuencias ecológicas de su equivalente moderno. La economía en aquel tiempo por una parte se concentraba en las condiciones naturales y por el otro en las necesidades de la gente. La tecnología sacaba provecho de la Naturaleza y de la inteligencia humana sin desestabilizar los balances esenciales de las fuerzas recíprocas, en un constante complementarse. Lo que en aquellos tiempos fue posible, hoy día se hace necesario. Es precisamente este urgente despertar lo que permanece en las tinieblas para los sistemas dominantes, a saber, el entendimiento de las interrelaciones, la tradición del conocimiento canalizada a través de la cultura y las reacciones apropiadas a los cambios que sean indispensables para asegurar un éxito que beneficie a todos por igual. Las leyes e instrumentos de poder dejan de ser necesarios dentro de sociedades que se organizan a sí mismas en formas igualitarias y confederativas. "El común" se hace patente. "Minka" (la mancomunidad, la comunión) se transforma en la expresión vital por excelencia. La vida permanece autónoma, segura e inofensiva en el seno de un espacio creativo.
Notas al pie: 1) - Patriarchy
as Negation of Matriarchy - The Perspective of a Delusion
-, (El patriarcado como negación del matriarcado - Perspectiva de una falsa ilusión), por Claudia von Werlhof
Ver también:
12) - Qhapaq Ñan: El Camino Inka de la Sabiduría por Javier Lajo, Amaro Runa Ediciones Lima, 2003
Un entendimiento positivo de estas relaciones dentro de su contexto circular y efectos de retroalimentación traerán consigo algo parecido a una Democratic
Revolt (Rebelión democrática) que entonces implementará las virtudes básicas de la no-violencia y la empatía sirviéndose de Comunidad de Democracias de Base Popular al interior de Sociabilidad Global Acrática. Algunos de los enfoques hacia este objetivo son: Sociocracy
Emanzipation Humanum, versión 17.5. 2009, Bienvenidas son las críticas, las ideas sobre la forma y contenido, así como el diálogo. Nos encantaría recibir traducciones en otros idiomas del texto precedente.
http://emanzipationhumanum.de/espanol/humanizacion.html |